Esta semana Grecia se alista para aprobar una nueva racha de reformas, que son requisito para poder comenzar a negociar un trato de largo plazo con sus acreedores. Aunque la situación va en buen camino, los bancos griegos ya abrieron y se logró pagar al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Central Europeo (BCE), parece que los griegos seguirán sufriendo producto de las fuertes solicitudes de Alemania y el resto de países de la Unión Europea.
Esto se da a pesar de que el FMI sigue insistiendo en que la deuda griega es impagable y que necesita algún tipo de alivio. En un documento titulado “Análisis Preliminar de la Sostenibilidad de la Deuda Griega”, la entidad llamó la atención sobre que, en unos años, la razón deuda sobre PIB alcanzará el 200%, lo que la hace impagable; por lo que la Zona Euro debe de tomar medidas de alivio drásticas. Según el Fondo, se debería de extender el pago de lo adeudado hasta por 30 años, hacer transferencias al presupuesto griego o perdonar una parte de la deuda.
Esta posibilidad parece ser aceptada por miembros importantes como Francia e Italia. Sin embargo, el gran obstáculo es Alemania, y más aún la división entre Angela Merkel, la canciller, y su estricto Ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble.
Diferentes noticias del diario alemán Der Spiegel señalan que Merkel, vista por el mundo como una de las figuras más poderosas, se ha visto obligada a ceder ante Schäuble. El medio señala que fue el ministro quien impulsó la idea de ofrecerle a Grecia una salida temporal, por hasta 5 años, lo que no fue bien recibido por sus homólogos europeos.
Schäuble es una importante y popular figura del panorama político alemán. Él fue uno de los negociadores de la unificación alemana y es el miembro más antiguo del parlamento de ese país. Las encuestas muestran que goza de gran popularidad, debido a su línea fuerte contra Grecia y otras economías que han entrado en problemas.
En una entrevista, Spiegel señaló que un alivio de la deuda no es posible, debido a que no es legal dentro de jurisdicción de la Unión Europea, por lo que Grecia tendría que salir si desea un ajuste de este tipo. Ese mismo discurso fue replicado por la canciller durante el fin de semana, lo que demuestra la influencia de su ministro.
De esta forma, una ayuda de tal índole es poco probable en el corto plazo, al menos con Schäuble a la cabeza de ese ministerio. No obstante, si Grecia sigue a cabalidad los lineamientos solicitados, es probable que logre suavizar su posición; aunque no se debería de esperar un recorte, por lo que una extensión de plazos de la mano de menores tasas de interés parece ser el escenario más factible.