Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
Unos resultados más fuertes de lo esperado han llevado al Dow Jones de Industriales a máximos históricos. A pesar de los temores en torno a la variante Delta del virus, la subida de los precios y los problemas de la cadena de suministro, las empresas estadounidenses de gran capitalización están prosperando. Más del 85% de las empresas del S&P 500 que presentaron resultados del tercer trimestre entre el lunes y el martes superaron las expectativas. Resultados como éstos refuerzan la posibilidad de que la Reserva Federal ajuste su política monetaria en noviembre. Normalmente, la perspectiva del tapering debería ser positiva para el dólar y, en muchos sentidos, lo ha sido para el USD/JPY, que ha registrado su cota más alta desde noviembre de 2017. Sin embargo, ahí terminan las ganancias del billete verde, ya que ha perdido posiciones con respecto a las demás monedas principales.
Una comunicación adecuada en materia de política monetaria ha sido durante mucho tiempo una de las tareas más importantes del banco central, especialmente cuando se auguran cambios importantes. El hecho de que el dólar no se dispare a menos de dos semanas de la reunión del FOMC es un testimonio del éxito de la Fed. La Reserva Federal dijo que prepararía al mercado con tiempo antes de cualquier cambio y ha hecho un buen trabajo al respecto. Hay pocas dudas de que no harán nada en noviembre y, a estas alturas, los inversores ya han descartado completamente el cambio. Esto explica por qué los datos positivos y los movimientos sin precedentes de las acciones no han hecho impulsado el dólar.
El informe del Libro Beige también ha sido un poco más pesimista, anunciando una ralentización del crecimiento. Más concretamente, el informe decía que "las perspectivas de la actividad económica a corto plazo siguen siendo positivas, en general, pero algunos distritos han señalado un aumento de la incertidumbre y un optimismo con más cautela que en meses anteriores". Al fin y al cabo, el billete verde es una divisa de refugio seguro y, con las acciones en máximos históricos, los inversores trasladan su dinero a divisas de más riesgo como los dólares australiano y el neozelandés. Son más sensibles al crecimiento mundial y a los altibajos de la economía global.
Aun así la libra esterlina y el dólar canadiense han subido este miércoles. Los datos de inflación en el Reino Unido no cumplieron las expectativas, mientras que el informe del IPC de Canadá mostró una mejora. Los precios al consumo del Reino Unido crecieron un 0,3% en el mes de septiembre, frente al 0,7% del mes anterior. El crecimiento interanual se redujo del 3,2% al 3,1%. Muchos economistas advierten a los inversores de que no se dejen engañar por este cambio de tendencia, ya que la ralentización se debe en gran medida a un error de medición. Un plan de subvenciones a las comidas en agosto hizo subir la inflación el mes pasado. Las elevadas presiones sobre los precios siguen siendo un problema que preocupa al Banco de Inglaterra. En Canadá, el IPC ha subido un 0,2%, algo más de lo previsto. En términos interanuales, el ritmo de crecimiento anualizado subió del 4,1% al 4,4%. En respuesta, el USD/CAD ha registrado nuevos mínimos de tres meses. Los dólares australiano y neozelandés siguieron a la cabeza de las ganancias. El euro también participó gracias al fortalecimiento de los precios al productor de Alemania.