La atención de los mercados esta semana estuvo centrada en las distintas decisiones de política monetaria, principalmente la del Fed. Si bien nadie esperaba un movimiento por parte del Comité de Operaciones de Mercado Abierto del Fed (FOMC), sorprendió un tono relativamente más hawkish, que apunta a que la opción de subir tasas en diciembre no está del todo descartada, como los participantes del mercado lo estaban anticipando. En particular, destacamos los siguientes temas: (1) El FOMC se mostró menos preocupado por el entorno externo; (2) el comunicado alude a un mejor desempeño de la demanda doméstica; y (3) hablaron explícitamente de la posibilidad de subir el intervalo objetivo en su siguiente reunión, mientras que en comunicados anteriores decían que evaluarían qué tanto mantendrían el intervalo de tasas actuales.
En el caso particular de un mejor dinamismo de la demanda doméstica, cabe mencionar que si bien el reporte del PIB en 3T15 mostró un crecimiento de solamente 1.5% a tasa trimestral anualizada, esto se explica por una menor acumulación de inventarios, que restó 1.4%-pts al crecimiento del tercer trimestre del año. No obstante lo anterior, otros rubros relacionados con las condiciones domésticas siguen mostrando fortaleza, como es el caso del consumo privado (+3.2%), que sumó 2.2%-pts al PIB, mientras que la inversión corporativa añadió medio punto más. Estos números implican un crecimiento de 2.9% en el tercer trimestre del año. En nuestra opinión, el FOMC estará atento a los datos económicos en los próximos meses, particularmente a los reportes del mercado laboral, el primero de ellos el correspondiente a octubre, que se publicará el próximo 6 de noviembre y en el que esperamos una creación de empleos de 181 mil plazas, con la tasa de desempleo sin cambios en 5.1%.
A esto habría que añadir que el riesgo de un cierre temporal del gobierno (shutdown) desapareció durante la semana, luego de que el Congreso norteamericano aprobara un acuerdo bipartidista mediante el cual se suspenderá el techo de endeudamiento por los próximos dos años y se incrementerá el gasto del gobierno. Si bien prevemos que el impacto sobre el PIB es limitado, disipa el riesgo de discusiones fiscales por lo menos hasta después de las elecciones en noviembre de 2016 (ver nota especial: “Elección 2016 – El largo camino hacia la presidencia de Estados Unidos”).