- Los críticos juzgan el nuevo presupuesto por no planificar el crecimiento a largo plazo
- Estados Unidos, tranquilo antes del puente de Acción de Gracias; los inversores prevén subidas de tipos más discretas
- Los responsables del BCE muestran poco entusiasmo por otra gran subida de tipos
El nuevo ministro de Finanzas de Reino Unido, Jeremy Hunt, presentó la semana pasada su esperado anuncio de otoño sobre el presupuesto, en la que pedía 55.000 millones de libras en subidas de impuestos y recortes de gastos, a pesar de que Reino Unido ya está en recesión.
Se trata de un esfuerzo por revertir el daño del plan de su predecesor de 45.000 millones de libras en recortes fiscales sin financiación, al que los inversores reaccionaron en septiembre vendiendo bonos del Estado y libras.
El esfuerzo de Hunt ha funcionado. La libra esterlina ha subido a cerca de 1,19 dólares, avanzando en previsión de un presupuesto más ajustado frente a los mínimos de 1,03 dólares registrados en septiembre. El rendimiento de los bonos de referencia a 10 años ha caído por debajo del 3,15%, tras superar el 4,5% en aquellos días de septiembre.
Sin embargo, Michael Saunders, execonomista de Citigroup (NYSE:C) que fue miembro externo del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra hasta agosto, se apresuró a detectar el problema del plan de Hunt.
"Pensé que el anuncio de otoño tenía un enorme agujero donde debería haber habido una estrategia de crecimiento a largo plazo", ha dicho Saunders a la CNBC esta semana.
Pero este experto continúa insistiendo en que el Gobierno no tenía muchas opciones a corto plazo, porque el potencial de producción de la economía se ha debilitado permanentemente por una combinación de factores, entre los que destaca el Brexit.
"Parte de la razón por la que las cosas están tan mal es porque el crecimiento potencial es muy débil y se espera que siga siendo débil", dice Saunders.
"Por eso, en opinión del Comité de Política Monetaria, aunque se espera que el PIB se mantenga ligeramente por debajo del cuarto trimestre de 2019, la economía adolece de un exceso de demanda importante, es decir, se ha sobrecalentado, incluso sin crecimiento. Creen que el crecimiento potencial de la producción de cara a los próximos años será inferior al 1% anual".
El predecesor de Hunt, Kwasi Kwarteng, iba bien encaminado al querer un estímulo fiscal para el crecimiento. Sin embargo, cometió el error fatal de subestimar o ignorar la sensibilidad del mercado a los déficits de Reino Unido.
La solución de Hunt es un poco de humo y espejos. La mayor parte de sus recortes de gasto tendrán lugar en 2025, tras las elecciones generales previstas a finales de 2024. El objetivo era mostrar a los mercados las buenas intenciones del Gobierno y, al mismo tiempo, proteger a los consumidores del peso de la contracción fiscal hasta después de la votación.
La inflación de Reino Unido se disparó hasta el 11,1% en octubre y el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, advirtió de que serían necesarias más subidas de tipos para controlarla.
Todo está tranquilo en el frente occidental, ya que los mercados de Estados Unidos permanecerán cerrados este jueves con motivo de la festividad del Día de Acción de Gracias. Actualmente es algo popularmente aceptado que la Reserva Federal subirá sus tipos de interés a un día en sólo 50 puntos básicos en su reunión de mediados de diciembre, tras cuatro subidas consecutivas de 75 puntos básicos. Dependiendo de la evolución de la inflación, la Reserva Federal podría flexibilizar aún más su política monetaria el año que viene.
Las expectativas de subida de los tipos de interés en la reunión de mediados de diciembre del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo también se han rebajado, y los economistas estiman una subida de sólo 50 puntos básicos, a pesar de que el BCE insiste en que seguirá subiendo los tipos por mucho que le duela.
De hecho, los temores de recesión empiezan a imponerse. Aunque el gobernador del banco central austriaco, Robert Holzmann, se muestra ferozmente partidario de la tercera subida consecutiva de 75 puntos básicos, otros responsables de la política monetaria son menos entusiastas.
El presidente del banco central de Portugal, Mario Centeno, dijo el lunes que, aunque el BCE tiene que controlar la inflación, ve muchas posibilidades de que se produzca una subida de menos de 75 puntos básicos en diciembre.
El economista jefe del BCE, Philip Lane, también dijo el lunes que el banco central podría seguir subiendo los tipos hasta el año que viene, pero que las subidas podrían ser más discretas que las dos últimas.
La inflación europea ascendió en octubre al 10,6%, después de que la semana pasada se revisara a la baja la lectura preliminar del 10,7%. Lane dijo que, después de que el BCE subiera los tipos 200 puntos básicos en las tres últimas reuniones, hay poco ímpetu para otra gran subida.