El real brasileño alcanzó mínimos históricos frente al dólar estadounidense, que llegó a $4,27 esta mañana en la apertura del mercado financiero en Sao Paulo.
El ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, declaró ayer durante un discurso en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que “es bueno acostumbrarse a un tipo de cambio alto por algún tiempo”.
“No me preocupa la suba del dólar. Por el contrario, creo que es comprensible porque la tasa de interés básica está en 5%. Cuando hay una política fiscal más fuerte y tasa de interés baja el cambio de equilibrio es más alto. Brasil es ahora un país interesante, con tasas bajas y eso permitirá la inversión y el reinicio del crecimiento”, justificó Guedes, haciendo referencia a los últimos recortes en los tipos de interés que aplicó el Banco Central de Brasil.
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Para varios analistas económicos, el problema con el real puede estar vinculado a la situación de inestabilidad que está afectando al continente sudamericano. Las crisis políticas y sociales que se fueron desatando en Latinoamérica comenzaron a impactar en las variables financieras. En el caso de Chile, su moneda se depreció más de un 12% en un solo mes. Mientras que en Brasil, la devaluación representa un 7% en lo que va de noviembre.
Por su parte, el presidente Jair Bolsonaro se mostró más preocupado sobre este impulso alcista de la divisa norteamericana. “A nosotros nos gustaría un dólar debajo de cuatro reales”, dijo el mandatario. Luego agregó: “El mundo está todo conectado. Cualquier problema que venga de afuera generará algún tipo de impacto en nuestra economía”.
Sin embargo, a pesar de no coincidir del todo con su ministro de Economía, Bolsonaro indicó que dejará el asunto en manos de Guedes.
Otro de los posibles detonantes de esta devaluación del real puede estar vinculado a la tensión con el próximo gobierno de la Argentina. El lunes, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Araújo, cuestionó al Mercosur y amenazó con sacar al país de ese proceso de integración regional por las diferencias ideológicas con Alberto Fernández. “No podemos decir que es un proyecto incuestionable, que va a durar para siempre, pase lo que pase. El Mercosur es solo un nombre, una bandera izada, si el proyecto se desvirtúa,tiene que ser repensado”, mencionó Aráujo.
En cuanto a las diferencias con la Argentina, el funcionario advirtió que las posturas que tendrá el próximo gobierno del país no coinciden con los objetivos iniciales del Mercosur. “La ruptura del Mercosur se trabaja como posible escenario porque aparentemente en la Argentina hay una visión profunda que va contra los postulados básicos de este proceso de integración regional”, sentenció el ministro.