Tercera jornada de rally en Wall Street, tercera de súper rally en China y cuarta en Europa. Así es como están las cosas: los mercados se han ido desperezando conforme Grecia se acercaba a un acuerdo con Europa, las autoridades chinas lograban detener el desplome de su bolsa y en Estados Unidos se confirma el buen estado de su economía. En este rally, algunos de los grandes nombres del parqué neoyorquino alcanzan récords históricos. Tal es el caso de Facebook (NASDAQ:FB), eBay (NASDAQ:EBAY) o Electronic Arts Inc (NASDAQ:EA). Pero hoy, con Europa dando el visto bueno y con otra jornada de fuertes ganancias en China, Wall Street se sumó al rally a la espera de los reportes corporativos que se publicarán esta semana (JP Morgan (NYSE:JPM), Citigroup (NYSE:C), Intel (NASDAQ:INTC), Google Inc (NASDAQ:GOOGL), Netflix Inc (NASDAQ:NFLX), General Electric Company (NYSE:GE)) y de la comparecencia de la presidenta de la Fed, Janet Yellen, en el congreso el miércoles y jueves, donde previsiblemente insista que una subida de tasas, la primera desde el año 2006, sería apropiada antes de que acabe el año.
Al cierre de la sesión, el Dow Jones ganaba un 1.22% para terminar muy cerca de los 18,000 pts, en los 17,977.68 pts. El Nasdaq descollaba con una subida de 1.48% y concluía en los 5,071.51 pts. El S&P 500 elevaba un 1.11% hasta sentarse prácticamente en los 2,100 pts, exactamente en los 2,099.60 pts. Con esto, el S&P’s 500 encadena sus tres mejores días seguidos del año y se queda un 1.5% por debajo de su récord histórico.
Con toda razón, Grecia y China les bastó para que se instalara la euforia en el mercado y regresaran los “Bulls” o inversionistas alcitas con todas las ganas. El primer ministro griego capituló y cedió a todas las demandas de sus acreedores, rechazadas en su mayor parte por el “no” del referéndum, para tener acceso a un rescate de 86,000 millones de euros. Ahora, el parlamento griego tiene hasta el miércoles para aprobar el paquete en medio del descontento del partido de Tsipras, la coalición de izquierda radical Syriza.
En medio de la euforia bursátil, el petróleo tuvo un mal día y prolongó la mala semana previa, cuando tuvo su peor desempeño semanal desde marzo. Los futuros del WTI se contrajeron un 1.0% y el barril se cotiza en 52.19 dólares. El Brent, por su lado, perdió un 1.2% para cerrar en 58.0 dólares el barril.
Su retroceso se debió a las negociaciones que Estados Unidos conduce con Irán sobre su programa nuclear, y en las que participan otras cinco potencias nucleares. Hoy se cumplía la sexta fecha límite, y aunque no hubo acuerdo final las posturas están ya bastante cercanas. Y eso podría levantar el embargo que impide a Irán proveer de petróleo a un mundo que está sobreabastecido. Arabia Saudí, por otro lado, sigue produciendo barriles a un ritmo récord con el objeto de seguir reduciendo los precios del barril y golpear a las plataformas de petróleo shale de Estados Unidos.
Ahora, como decimos, la atención regresa a Estados Unidos. No sólo habla Yellen, sino que hay un puñado de indicadores relevantes para la decisión de política monetaria como las ventas minoristas, la producción industrial, los inicios de casas y la confianza del consumidor. Por el lado de los reportes corporativos, el consenso espera que las utilidades del S&P’s 500 se contraigan un 6.4%. Posiblemente la caída sea menor y termine siendo algo marginal, pero en caso de que haya una reducción en los beneficios, sería el primer trimestre luego de 22 trimestre consecutivos de incrementos.