Lo ocurrido hasta el momento en los mercados financieros es común pero no por eso menos riesgoso. Mientras el dólar caía por quinto día consecutivo esta semana, las acciones, los bonos y hasta el bitcoin subían y subían. Así que con un billete verde barato, son muchos los que deben estar de fiesta comprando todo lo que pueden, aprovechando el momento. Aun así, esto deja una sensación de desmesura, un auge meramente artificial, que podría ser la antesala de una repentina quiebra financiera más adelante (aunque no sea posible predecir cuándo).
Mientras tanto, el bitcoin, que –a pesar de su elevada volatilidad– ha mostrado gran resiliencia luego que firmó un nuevo récord al rebasar los 69,000 dólares y ubicarse hoy arriba de los 67,000 billetes verdes.
Por su lado, las fortalezas del yen y del euro contribuían al hundimiento de la divisa estadounidense.
También el mercado bursátil fue un protagonista la jornada de este jueves, cuando los tres principales índices de Wall Street cerraron al alza, otra vez hacia máximos históricos, con las compañías tecnológicas a la cabeza, en especial los fabricantes de chips.
El catalizador de este entusiasmo fue la comparecencia ante el Comité de Servicios Financieros del Senado de Jerome Powell, quien dijo que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, que él preside, no esperará hasta que la inflación baje al 2 por ciento para iniciar el proceso de reducción de los tipos de interés. Justo lo que los inversores ansiaban escuchar.
La burbuja del peso mexicano
Todas las anteriores son señales que aumentan las probabilidades de que 2024 sea un muy mal año para el dólar pero bueno para las bolsas, donde -hay que advertir- el dinero de largo plazo, las llamadas “manos fuertes” del mercado, están vendiendo. Así lo advierte Matt Reiner, “trader” de uno de los megabancos más poderosos del planeta, JP Morgan Chase (NYSE:JPM).
¿Esto qué significa? Que en estos niveles de máximos históricos de las bolsas de valores de EU los grandes capitales e inversionistas en realidad están saliéndose, mientras que los inversores minoristas son los que están entrando al mercado.
Por lo general, esto ocurre cuando estamos cerca de un tope, de un pico especulativo que más tarde se acompañe de fuertes desplomes bursátiles. Y esto es lo que podríamos esperar incluso para el peso, que de seguir inflándose en los meses por venir –sobre todo por la debilidad del dólar–, se vería presionado al alza conforme se acerque la elección federal en Estados Unidos con Donald Trump al frente.
Hay que considerar que del mismo modo que los índices bursátiles se están inflando, la burbuja que más debe preocuparnos en México es justo la del llamado “superpeso”, caracterizado hoy por dos cosas: está subiendo cuando el dólar se levanta frente a las divisas de países desarrollados, pero también cuando el billete verde cae frente a ellas. Es una anormalidad.
O sea que el peso está ganando en cualquier escenario frente al dólar, algo que tiene al tipo de cambio en la antesala de los 16.50 por billete verde.
Y aunque como le digo no es normal, mientras el “superpeso” se siga inflando debemos aprovechar el momento para seguir invirtiendo, ¡vaya!, los precios baratos están en dólares para quienes ganamos en pesos.
Los inversores inteligentes deben vender activos sobrevaluados como nuestra moneda, y comprar los que están más baratos pero que se apreciarán a futuro.
No podemos estar 100 por ciento seguros sobre si la apreciación de la moneda nacional ha sido “natural” o está siendo inflada artificialmente mediante compras de apuestas a su favor en el mercado de futuros, pero eso es lo de menos.
Como afirma el propio Matt Reiner, los activos de riesgo están muy inflados y de lo único que podemos estar ciertos es en que en algún momento habrán de caer, y eso aplica igual para el peso mexicano. Tómelo en cuenta.