Este miércoles 26 de julio concluye la reunión de política monetaria de la Fed de EUA. A las 12pm da a conocer el comunicado con la decisión y a las 12.30pm, su presidente Powell ofrece una rueda de prensa para profundizar en los anuncios.
Después de 15 subidas consecutivas, el banco central estadounidense optó en junio pasado por la tan esperada pausa. Aunque al término de la reunión el comunicado mostró que la decisión se había adoptado por unanimidad, la realidad es que algunos miembros se mostraron partidarios de seguir con el endurecimiento monetario. Así lo expresó Powell ante los medios y las nuevas estimaciones de cierre de tasas de interés para 2023 contemplaron por lo menos otros dos incrementos para lo que resta del año.
Sin embargo, la moderación de la inflación en EUA en junio conocida hace dos semanas provocó una revaluación de las expectativas de las subidas de tasas. Los inversionistas intensificaron sus apuestas a que la muy probable alza de esta semana sea la última de este ciclo de endurecimiento monetario. Con ello, la Fed dejaría sin cambios su tasa en lo que resta del 2023 y posibles recortes se darían hasta el primer trimestre de 2024.
La realidad es que la batalla contra la inflación no ha terminado. Una tasa anual en 3.0% sigue estando por encima del objetivo del 2.0%. El desafío clave de la Fed es controlar por completo la inflación y la recta final es lo más complejo.
En ese sentido el mensaje de la Fed continuará siendo que serán necesarias más subidas del precio del dinero para enfriar la economía y contener las presiones inflacionistas. No se puede dar el lujo de cerrar la puerta a continuar con el endurecimiento monetario.
De momento, la economía ha aguantado bien las subidas de tasas de interés. Así, la economía estadounidense se mueve a dos velocidades, con la producción manufacturera flaqueando, pero el sector servicios robusto, en un mercado de trabajo ajustado y persistente aumento salarial.
Con ello, aumenta la probabilidad del escenario de un “aterrizaje suave”, lo que también ha contribuido al buen ánimo de los inversionistas.
La reacción del peso mexicano dependerá de si la Fed logra convencer o no de su mensaje más hawkish. La subida de tasa ya está prácticamente descontada. Al concretarse, reduce el diferencial de tasa de interés con México, el factor principal que ha explicado la apreciación de la moneda en los últimos meses.
Si la Fed convence, podríamos ver una presión temporal del peso cercana a 30 centavos, por lo que en el mercado al mayoreo intentaría ubicarse de nuevo por arriba de $17.0 spot. De lo contrario, si el inversionista considera que difícilmente el banco estadounidense volverá a subir la tasa, la cotización cambiaria intentará alcanzar un nuevo mejor nivel desde diciembre de 2015.
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