Wall Street empezó la semana con pocos cambios, con un ligero sesgo a la baja. De hecho, el mercado bursátil de Nueva York se negoció durante buena parte de la sesión con avances, pero no logró retenerlos rumbo al cierre. Los inversionistas, que ya tienen una buena idea de cómo fue el crecimiento en el tercer trimestre así como los resultado corporativos, están ahora a la espera del diagnóstico que haga la Fed el viernes y de cómo salgan las elecciones presidenciales el martes 8 de noviembre. El viernes, además, se publicará el dato de empleo para el mes de octubre. Junto a la decisión de la Fed, dos bancos centrales más tendrá que decidir qué hacer con la política monetaria esta semana: el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra.
A la espera de tanta información, el cierre de la sesión fue prácticamente plano: el Dow Jones cedió un 0.1% para terminar en los 18,142.42 pts mientras que el Nasdaq apenas bajaba un 0.02% a 5,189.14 pts y el S&P’s 500 descendía un 0.01% a los 2,126.15 pts, caídas marginales que dejan esta sesión como una de transición. Algo parecido puede suceder mañana.
Quizás la principal noticia del día fue al fusión que ya se rumoreaba desde la semana pasada, la de General Electric (NYSE:GE) con la petrolera Baker Hughes (NYSE:BHI). Ambas compañías fusionarán sus negocios de petróleo y gas en un mes, éste de octubre, que ha significado un nuevo récord en el sector de fusiones y adquisiciones. Por otro lado, en los datos económicos, el principal indicador fue el del comportamiento del consumo privado. El gasto de consumo personal aumentó un sólido 0.5% en septiembre, por lo que el gasto privado terminó el tercer trimestre a buen ritmo, con buen impulso de cara al último trimestre del año, el de las navidades. Descontando la inflación, el gasto real aumentó un 0.3%. Sin embargo, el ingreso sigue aumentando a un ritmo algo lento, señal de que los salarios deben fortalecerse más para apuntalar el consumo de las familias.
Por el lado de los precios las presiones siguen contenidas, aunque lentamente se han ido forjando. Tanto el deflactor del gasto de consumo como el subyacente vinieron en línea con las estimaciones, en 0.2% y 0.1% respectivamente. Eso significó que la tasa anual de la inflación general se acelerara de 1.0% en agosto a 1.2% en septiembre, la más alta desde finales de 2014, mientras que la subyacente se mantuvo en 1.7%, sin cambios respecto al mes previo.
En las materias primas, el precio del barril sufrió otra mala jornada: los futuros del WTI se despeñaron casi un 4.0% para cerrar en los 46.76 dólares, luego de que el viernes bajara un 2.1%. De este modo, el peor sector de la jornada fue el de energía (-1.2%). Sin embargo, ese declive se vio contrarrestado por el avance del sector de servicios públicos (+2.0%) y el de bienes inmobiliarios (+1.4%). El resto de sectores del S&P’s 500m acabó con pocos cambios.
El peso mexicano tuvo una buena jornada, pese a la caída del precio del barril y la noticia del director del FBI, James Comey, de que la agencia había localizado nuevos correos electrónicos relacionados con el servidor privado de Hillary Clinton, una investigación que ya se había cerrado. Esas revelaciones han dado un balón de oxígeno a un Trump que empezaba a verse perdido. Sin embargo, el peso mexicano se apreció hoy un 0.6% a los 18.86 pesos por dólar frente a 18.98 pesos el viernes.