Aparte de la Cumbre del Clima COP26 en Glasgow, hay otros dos grandes acontecimientos que dominan el mercado del petróleo esta semana. En primer lugar, la OPEP y la OPEP+ han programado reuniones para hoy (jueves, 4 de noviembre) para evaluar las políticas de producción de petróleo para diciembre. En segundo lugar, el Gobierno de Biden ha asestado un golpe a la industria del petróleo y el gas de Estados Unidos cuando la Agencia de Protección Ambiental (EPA) propuso nuevas regulaciones sobre el metano liberado durante la producción de petróleo y gas.
1. Reunión de la OPEP
Algunos países consumidores de petróleo, como Japón, India y Estados Unidos, han presionado a los países productores, como Arabia Saudí, para que aumenten la producción con el fin de aliviar lo que consideran un coste excesivo del combustible.
Sin embargo, sus necesidades nacionales no son necesariamente las preocupaciones de la OPEP+, y no parece que la OPEP+ sea comprensiva con sus exigencias en este momento. Con la directiva anterior, la OPEP solía tener en cuenta el impacto negativo de los costes excesivos de la energía en la economía mundial, que temían que perjudicara la demanda de sus productos. Sin embargo, no parece que a la OPEP+ le preocupe actualmente la disminución de la demanda provocada por el aumento de los costes o que el aumento de los costes energéticos obstaculice el crecimiento económico mundial.
El Comité Técnico Conjunto de la OPEP+ se reunió la semana pasada para preparar la reunión ministerial de esta semana y revisó las nuevas previsiones de demanda. Los expertos técnicos de la OPEP+ rebajaron sus expectativas de crecimiento de la demanda de petróleo en el cuarto trimestre y ahora sólo ven una escasez de 300.000 barriles al día de petróleo, frente a las previsiones anteriores que hablaban de una escasez de 1,1 millones de barriles al día.
Esto indicaría que la OPEP+ no prevé ningún problema para continuar con sus actuales planes de aumentar la producción en sólo 400.000 barriles al día en diciembre. Los analistas del mercado también parecen creer que la OPEP+ mantendrá el statu quo y añadirá sólo 400.000 barriles al día en diciembre. Si la OPEP+ sigue adelante con las acciones previstas, el mercado no debería sorprenderse. Sin embargo, en la improbable posibilidad de que la OPEP+ engorde más su producción, el mercado debería bajar, aunque sea temporalmente.
Un funcionario de energía de Estados Unidos hizo un comentario un poco extraño que dejó a la gente preguntándose si la Casa Blanca podría levantar las sanciones petroleras a Irán si la OPEP+ no aumenta la producción. La Casa Blanca de Biden se ha visto sometida a una gran presión para lograr que bajen los precios del petróleo, la gasolina y el gas natural. La Casa Blanca parece empeñada en tratar de culpar a la OPEP+ de los elevados precios en lugar de culpar a los fundamentos del mercado y a las regulaciones internas de Estados Unidos y al entorno de financiación. (Más abajo hablamos de eso)
Sin embargo, parece poco probable que la Casa Blanca levante las sanciones a Irán sin siquiera percibir que este país ha negociado en materia nuclear. Otra idea es que la Casa Blanca libere algo de petróleo de la Reserva Estratégica de Petróleo de Estados Unidos, pero eso no ayudará mucho a aliviar los precios. Aunque Estados Unidos libere 100 millones de barriles, eso sólo equivale a la demanda mundial de un solo día. Además, las refinerías estadounidenses están funcionando cerca de su capacidad actual y es poco probable que aumenten el funcionamiento de las refinerías sólo por una liberación de la Reserva Estratégica de Petróleo.
2. Nueva propuesta de normas de la EPA sobre el metano
Coincidiendo con el discurso del presidente Biden en la Cumbre COP26, la EPA de Estados Unidos anunció una propuesta de nuevas normas relativas a la liberación de metano durante la producción y el transporte de petróleo y gas. Esto afectará potencialmente a más de un millón de pozos, tanto existentes como nuevos, además de oleoductos e instalaciones de almacenamiento.
La normativa propuesta aún no está clara. Además, deberá pasar por el proceso de regulación —que implica comentarios— antes de entrar en vigor. No sabemos lo que supondrían las normas para el día a día de los productores de petróleo, aparte de que serán caras y probablemente harán que algunas operaciones sean menos rentables o incluso no lo sean en absoluto.
El impacto inmediato de las normas propuestas por la EPA está teniendo un efecto escalofriante en la industria energética. Desde el inicio de la Administración Biden, la industria ha dudado en invertir en nueva producción. Esto no hará más que exacerbar esa vacilación.
También hará que los financiadores desconfíen aún más de los proyectos de petróleo y gas. Los traders más pequeños se verán más afectados por estas normas, mientras que los más grandes probablemente podrán afrontar las subidas de costes. Sin embargo, las empresas más pequeñas son las que perforan pozos nuevos en Estados Unidos ahora mismo, mientras que las grandes no lo hacen.
Por un lado, la Casa Blanca sigue esperando que bajen los precios del petróleo y del gas. Está presionando a la OPEP+ para que aumente la producción por esa misma razón. Por otro lado, la Casa Blanca parece empeñada en obstaculizar la producción nacional de Estados Unidos, lo que hace subir los precios. Mientras la industria siga confundida o asustada por esta Casa Blanca, la producción estadounidense tendrá dificultades para crecer.