Beneficiada por el rally alcista del oro de los últimos meses, las acciones de la minera canadiense Barrick Gold (NYSE:GOLD) han tenido un sólido rendimiento y se revalorizaron más de un 50% en lo que va del 2020.
El viernes 17 de julio, la compañía informó las ventas preliminares del segundo trimestre del año, que corresponden a unas 1,22 millones de onzas de oro y unas 123 millones de libras de cobre. En cuanto a la producción de estos metales, las previsiones fueron de 1,15 millones de onzas de oro y unas 120 millones de libras de cobre.
De esta manera, la multinacional con sede en Toronto que opera más de 23 minas en América, África y Oceanía, ha producido unas 2,4 millones de onzas en los primeros seis meses del 2020. Con estos datos, el desempeño de la minera se encuentra en sintonía con el rango de producción de 4,6 y 5 millones que estima la firma para el año.
El director ejecutivo de Barrick Gold, Mark Bristow, opinó que estos resultados preliminares posicionan bien a la minera para lograr sus objetivos anuales. A su vez, el supervisor de la compañía resaltó los buenos números que se han logrado a pesar de los imprevistos que ha generado la pandemia de coronavirus.
“Existen programas integrales para contrarrestar la propagación de covid-19 en todas las operaciones de Barrick y continuamos tomando las medidas necesarias para gestionar el impacto de la pandemia en su negocio”, expresó a través de un comunicado de prensa.
La crisis sanitaria a nivel global ha afectado en los planes de producción de oro de la empresa. En la mina que opera en Veladero, Argentina, las medidas de confinamiento y distanciamiento social desaceleraron la actividad productiva de la empresa. No obstante, los problemas causados por el coronavirus han sido sobrellevados sin mayores complicaciones.
El buen rendimiento de Barrick Gold y otras mineras como Newmont Corporation y Yamana Gold se debe casi en su totalidad al rally alcista que ha registrado el metal dorado desde que comenzó el año.
El oro se encuentra actualmente en el nivel de 1820 dólares por onza y se ha apreciado casi un 20% desde enero, ubicándose muy cerca de los máximos históricos establecidos en 2011.
Considerado por varios inversores como un activo refugio, el metal se benefició de la incertidumbre existente en los mercados financieros internacionales y los estímulos monetarios implementados por la Reserva Federal (FED) de los Estados Unidos para mitigar el impacto de la recesión.