El quinto mes del año no ha iniciado con mucho optimismo para los mercados financieros. Después de que el IPyC finalizó en abril con un avance de 4.8%, impulsado básicamente por la pronta negociación del TLC, en mayo el escenario es negativo. En los primeros días del mes reporta una baja cercana al 3%, y en el escenario prevalecen eventos que podría marcar un mal mes para las operaciones en capitales.
El primer factor gira en torno a la incertidumbre en el proceso de renegociación del TLCAN que fue pospuesto una semanas o incluso meses, más a lo que y la cercanía del proceso electoral en julio de 2018, puntos que generan en los inversionistas una mayor cautela.
Otro factor que presiona a los inversionistas, y es quizá el de mayor peso, es la expectativa de mayores alzas de tasas por parte del Comité Federal del Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por sus siglas en inglés). Pese a que en su más reciente reunión decidió mantener sin cambios su tasa de interés, en su comentario señaló que la evolución de la economía estadounidense sustenta la posibilidad de continuar con alzas de manera gradual. En ese sentido, el mercado seguirá con dudas al respecto de si serán 2 o 3 alzas adicionales este mismo año.
Los analistas están temerosos del desempeño de la inflación en EE. UU. y de la evolución de la tasa de desempleo. En particular el miedo se dirige hacia el desempeño del empleo, porque una economía con pleno empleo marcaría presiones en los salarios (el salario es como cualquier bien que al subir, presionaría la inflación). Por otro lado, la economía de EE. UU. presenta un fuerte crecimiento, sin considerar que aún no se refleja la totalidad del estímulo fiscal. Ante estas prerrogativas es que se especula un mayor actuar por parte de la Fed.
Buscando otros catalizadores para las inversiones, en los siguientes meses y volteando a ver los fundamentales de las empresas, no hay mucho que recomendar. Lo anterior, una vez que se han asimilado los resultados financieros de las empresas en el primer trimestre del año, el desempeño fue débil; con un avance apenas de 5% en ingresos y retrocesos de 1% en el flujo de operación y de 30% en las utilidades, afectados por la debilidad del peso frente al dólar.
Las perspectivas para el segundo trimestre se mantienen en la misma línea de bajos crecimientos. De hecho, se podría observar un mayor debilitamiento en los ingresos, dado que las empresas tendrán ahora bases de comparación elevadas, presión en sus costos por el lado de los insumos y afectación por la volatilidad esperada en el tipo de cambio.
Con el escenario anterior, consideramos muy probable que muchos participantes decidan disminuir exposiciones en el mercado mexicano antes de las elecciones presidenciales de medio año, para regresar con fuerza una vez concluido el mismo.