Después del dato de creación de empleo durante agosto, los mercados quedaron con la misma incógnita sobre si la Reserva Federal terminará con el periodo, de casi una década, de tasas en niveles cercanos a cero. Datos de ventas de automóviles, construcción de casas y un reciente reporte de apertura de empleos nuevos respalda fuertemente la premisa de hacer un movimiento en la reunión de este próximo 16 y 17 de setiembre; no obstante, la reciente volatilidad en los mercados financieros y la baja inflación ponen en duda una subida la próxima semana.
Lo más probable es que los miembros de la Reserva Federal llegarán a la reunión divididos, el eco en el mercado señala que “ni ellos saben si subirán tasas en setiembre”, lo que hace el ejercicio de pronosticar un resultado más difícil y se nota en la volatilidad en los mercados. Sin embargo, la coyuntura actual y la forma habitual de actuar de la FED señalan que Janet Yellen y compañía podrían esperar un poco más antes de hacer su esperado movimiento.
En diferentes discursos y entrevistas, miembros del comité que toman la decisión han puesto poca importancia a la volatilidad en los mercados financieros, aunque la historia evidencia que la entidad sigue de cerca indicadores de estrés y suele preferir que los mercados estén más tranquilos antes de actuar.
En setiembre de 2013 y bajo una coyuntura en los mercados similar a la actual, la entidad prefirió mantener sin cambios su programa de compra de bonos, con el fin de esperar a que los mercados interiorizaran el camino que se iba a tomar, postergando la decisión a diciembre. De igual forma, durante la crisis Asiática de 1997 y el consecuente “default” de Rusia en 1998, la entidad mantuvo sin cambios sus tasas en el primer caso y las redujo en el segundo, respectivamente.
Ahora la entidad tiene pocas herramientas para enfrentar una crisis como esta, de hecho, lo único que puede hacer es posponer la subida de tasas y enviarle una señal al mercado de que espera subir tasas pronto, una vez que las condiciones financieras mejoren.
Actuar con la incertidumbre actual parece más riesgoso que esperar un poco más y evitar repetir errores cometidos por bancos centrales como el europeo, el cual hace unos años subió tasas y ahora las ha devuelto a niveles mínimos, movimiento acompañado además por un programa de compras masivas de bonos.