La ola liquidadora del mercado de bonos del Tesoro de Estados Unidos se reanudó el lunes, luego de la peor semana para la deuda del país en más de siete años, debido a las crecientes preocupaciones de una aceleración de la inflación bajo las políticas del presidente electo Donald Trump.
Los retornos de la deuda a 30 años, la más sensible a las expectativas de inflación, superaron el 3 por ciento por primera vez desde enero. La brecha entre los rendimientos de las notas a 10 años y 2 años subió desde un 1,21 por ciento a fines de la semana pasada a un 1,26 por ciento, su mayor nivel desde diciembre.
Los movimientos ocurren tras la enorme ola vendedora de la semana pasada, surgida a raíz de la sorpresiva victoria del republicano en las elecciones presidenciales.
Los precios de los bonos del Tesoro sufrieron una pérdida semanal de un 1,9 por ciento, su mayor caída desde junio del 2009, de acuerdo a los datos del índice de desempeño de activos de renta fija de Bank of America/Merrill Lynch.
El diferencial de rendimientos entre la deuda a 10 años protegidos por inflación y los bonos regulares de la misma madurez alcanzó un 1,99 por ciento, su mayor nivel desde septiembre del 2014, mostraron datos de Reuters.
Las mayores expectativas de una aceleración de la inflación en Estados Unidos impactan sobre los bonos porque reducen el valor de sus futuros pagos de intereses.
Los rendimientos de la deuda estadounidense a 30 años subieron hasta un máximo de 3,067 por ciento, un nivel no visto desde diciembre. Los retornos del papel referencial a 10 años avanzaron hasta un 2,302 por ciento, su cota más elevada desde diciembre.
Si bien la ola vendedora afectó mayormente a los bonos a 10 y 30 años, los rendimientos de las notas a 2 y 3 años escalaron hasta sus mayores niveles desde enero, ya que los inversores esperan en su mayoría que la Reserva Federal suba su tasa de interés clave en su reunión del 13 y 14 de diciembre.