Persiste el tira y afloja de la guerra comercial entre los alcistas y los bajistas de Boeing Co. (NYSE:BA). Mientras la empresa sigue lidiando con la reacción a los dos accidentes con aviones 737 MAX en un lapso de cinco meses, los inversores alcistas apuestan por una pronta recuperación de estas acciones.
Hay 18 calificaciones de compra para las acciones de la empresa más valiosa del sector, superando con creces las nueve recomendaciones de mantener y las dos de venta. El precio promedio objetivo para los próximos 12 meses es de 429 dólares, lo que implica una subida de aproximadamente el 20% con respecto al precio actual de las acciones de 354,88 dólares. Sin embargo, han descendido un 1,5% en el último año, y el descenso parece estarse acelerando: las acciones han descendido un 6,8% el mes pasado.
Pero el gran interrogante para los inversores que buscan beneficiarse económicamente de esta situación es si Boeing ya ha visto lo peor de esta crisis que ha obligado al fabricante de aviones a confinar en tierra su modelo más vendido en todo el mundo y a reducir drásticamente su producción. No existe una respuesta clara, sin embargo, porque todo depende de la conclusión de varias investigaciones en varias jurisdicciones, de la capacidad de Boeing para ofrecer rápidamente una solución de software y del levantamiento de la prohibición impuesta a escala mundial sobre el 737 MAX.
Este resultado, en nuestra opinión, no se va a materializar en el corto plazo. El flujo de noticias más reciente sugiere que esto podría tardar más de lo que muchos habían esperado.
Bloomberg anunciaba ayer que los reguladores europeos encargados de evaluar los cambios en el MAX 737 de Boeing, confinado en tierra, examinarán todo el sistema de control de vuelo del jet antes de que el avión pueda volver al cielo. A principios de este mes, un informe del Wall Street Journal dijo que Boeing ha limitado el papel de sus propios pilotos de prueba en las etapas finales del desarrollo del sistema de control de vuelo del 737 MAX.
La gran preocupación es que los pilotos "no recibieron sesiones informativas detalladas acerca de lo rápida y bruscamente que el sistema automatizado conocido como MCAS podía dirigir hacia abajo el morro del avión", informaba el periódico. Y luego está la historia publicada en el New York Times que cuestiona la cultura corporativa de la empresa, diciendo que a menudo ha dado preferencia a la velocidad de producción sobre la calidad.
Miedo de subir a un 737 MAX
Aunque la negativa cobertura mediática era de esperar tras la pérdida de tantas vidas inocentes en los accidentes de los dos 737, también dificulta mucho la tarea de los reguladores que no quieren que parezca que se apresuran en la investigación y dan el visto bueno a la empresa demasiado pronto.
En medio de tanta mala prensa, algunos analistas también han comenzado a plantearse la posibilidad de que los pasajeros no se sientan cómodos a bordo de los aviones 737 MAX cuando concluya su confinación en tierra a escala mundial.
El analista de Barclays Capital, David Strauss, dijo en una nota reciente en la que rebajaba la calificación de las acciones que Wall Street estaba subestimando las consecuencias de los accidentes de los 737 MAX en Indonesia y Etiopía. También citó una encuesta a los aviadores que indicaba que casi la mitad no pilotarán un MAX en un año como mínimo:
"Existe el riesgo de que pueda ser peor esta vez que en pasados incidentes, en vista de la capacidad de los medios sociales y los pasajeros de conocer el tipo de avión antes de hacer su reserva”.
El informe de resultados de la empresa de abril demostró que las elevadas ventas en las divisiones de defensa y servicios de Boeing y un aumento de la producción del 787 Dreamliner han mitigado en cierta medida el impacto de la confinación en tierra del MAX. Pero esa ecuación podría cambiar rápidamente si los reguladores tardan más de seis meses en terminar su trabajo y permitir que el 737 MAX vuelva a volar.
El 737 MAX de Boeing es la mayor fuente de ingresos por productos y beneficio antes de intereses e impuestos (EBIT), según estimaciones de Goldman Sachs, con la posibilidad de alcanzar un 45% del EBIT de Boeing en los próximos cinco años.
En conclusión
No nos cabe la menor duda de que Boeing acabará saliendo de esta crisis. Las líneas aéreas no tienen otra alternativa que elegir a uno de los miembros del duopolio de fabricantes de aviones Boeing-Airbus (PA:AIR). Pero también tememos que los beneficios de BA se lleven un golpe aún mayor antes de volver a su trayectoria normal. Y a pesar de estas incertidumbres, las acciones de BA se siguen vendiendo a una valoración elevadísima en comparación con el mercado en general, lo que nos dice que existe más riesgo a la baja que al alza en el corto plazo. Quedarse al margen es la mejor opción en cuanto a estas acciones ahora mismo.