Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
A 13 días para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, no es de extrañar que los inversores vendan dólares. El presidente Trump y el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, siguen a muy poca distancia. Las encuestas se inclinan hacia una victoria de Biden, pero los inversores no pueden evitar mirar estas encuestas con cautela. Trump no se rendirá fácilmente y en los estados más relevantes, los votantes están muy motivados para ir a las urnas. Si Biden gana por un margen estrecho, Trump no dejará el cargo voluntariamente.
Como escribimos en nuestro artículo “Cinco Escenarios Locos para las Elecciones de Estados Unidos, "Si no fuera tan triste, sería realmente gracioso. Dos septuagenarios peleando por la presidencia como si se lo estuvieran jugando a los chinos. Hay muchas posibilidades de que, entre el COVID, la tremendamente fracturada infraestructura electoral de Estados Unidos, que ha envejecido además regular, los estados clave básicamente empatados, y un aluvión de voto por correo que no debería ser gestionado por una oficina de correos de Estados Unidos gravemente dañada, los resultados de las elecciones estadounidenses se disputarán en todos los estados, en todos los condados, en cada distrito" —lo que puede ser el peor escenario.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, es optimista acerca de llegar a un acuerdo sobre las huidas al final de la semana, pero los inversores también les preocupa que sólo les esté poniendo los dientes largos para distraer a los republicanos de las elecciones. Pronto lo sabremos, pero la mera posibilidad de que Pelosi no quiera negociar hasta después de las elecciones es una de las razones por las que los inversores están empezando a deshacerse de los dólares. El informe del Libro Beige de la Fed no ayudó: según los distritos de la Fed, la actividad económica mejora a un ritmo leve y modesto.
Mientras tanto, a pesar de una nueva oleada de virus en muchas de las principales naciones de la eurozona, el euro sigue al alza. Es casi difícil de creer que el par EUR/USD registrara máximos de un mes este miércoles. Algunos de los países más grandes de Europa han implementado nuevas restricciones e incluso fuera de las horas del toque de queda, los europeos se quedan en casa tanto como pueden. Este comportamiento sin duda lastrará el crecimiento. El margen de rendimiento de los bonos a 10 años Alemania–Estados Unidos también registra mínimos de siete meses, los que debería lastrar la divisa. Ha habido algunas declaraciones que sugieren que el BCE no está listo para relajar la política monetaria, pero si la economía se congela a causa de la segunda oleada, no les quedará otra opción. La única razón por la que el euro sigue siendo fuerte es porque su demanda atraiga a los inversores que venden dólares.
La libra también registra máximos de un mes frente al billete verde. Las esperanzas del acuerdo del Brexit y los datos mixtos de inflación ayudaron a levantar la moneda. Los precios al consumo han subido un 0,4% en el conjunto del mes de septiembre, menos de lo previsto, pero más que el mes anterior. Los precios de la producción superaron las expectativas y subieron a un ritmo más rápido. La durabilidad del repunte del euro y de la libra esterlina dependerá de los informes PMI del viernes.
Los dólares neozelandés y australiano observaron fuertes ganancias este miércoles tras el debilitamiento del dólar estadounidense. El descenso anualizado del gasto en tarjetas de crédito en septiembre fue menor que el mes anterior, lo que ha impulsado la divisa de Nueva Zelanda. Por otro lado, su homóloga australiana ni se inmutó ante la disminución de la subida de los principales indicadores. Hay una tendencia muy clara hacia una mejora de los datos de Nueva Zelanda y un debilitamiento los datos de Australia que deberían seguir lastrando el AUD/NZD. El dólar canadiense, por otro lado, no participó en el repunte. La divisa de Canadá vio pequeñas ganancias frente al dólar tras la decepción de los datos de ventas minoristas canadienses. Con la fuerte mejora del mercado laboral, los economistas esperaban que las ventas minoristas aumentaran un 1,1%, frente al 0,6% del mes anterior. Sin embargo, el aumento fue mucho más modesto, de un 0,4%. Excluyendo los automóviles, el aumento del 0,5% también fue más débil de lo previsto. Por otro lado, los precios al consumo cayeron un 0,1%, coincidiendo con las expectativas.