La tasa de 10 años del bono del Tesoro de los Estados Unidos (US10Y, considerada la tasa libre de riesgo) ha dado una pausa al rally que comenzó en septiembre del año pasado, cuando marcó 2.00%, escalando hasta 2.96% a fines de febrero y recortando 22 puntos básicos desde entonces.
Este ha sido el segundo de los grandes impulsos alcistas de los últimos años, el primero de ellos comenzado ha mediados de 2016 cuando la tasa de 10 años llegó a posicionarse incluso por debajo de los 1.40% (momento en que la tasa de la Fed se ubicaba en el rango 0.25-0.50). La tasa de inflación para ese entonces se ubicaba en torno al 0%, y a medida que comenzó a despegarse de ese nivel, el mercado comenzó a pricear el sendero de subas de tasas: 5 hikes bajo el mandato de Janet Yellen, y el uno más hace dos semanas, en el debut de Jerome Powell como chairman de la Reserva Federal.
En este caso, la tasa de 10 años ha marcado 3 pivots importantes: 2.63, 2.00 y 2.95. Este último nivel ha sido el máximo de 4 años, comenzando un retroceso hacia zona actual (2.80%). Aún la corrección parece corta (el 23.6% proporcional de la última suba), y podría extenderse unos 20 basis más a la baja para buscar un retroceso proporcional a la mitad del último impulso nuevamente hasta la zona de 2.60/2.62, coincidente con el pivot marcado a fines de 2016 y en marzo 2017 formando un doble techo, que logró perforar recién a principios de este año.
Sin lugar a duda, el camino de las tasas de interés en los Estados Unidos es alcista en el mediano plazo, a medida que las variables que monitorea la Fed convergen hacia los niveles deseados. En la última reunión del comité en la cual se llevó la tasa al target 1.50-1.75, la Fed actualizó su pronóstico económico comentando que las perspectivas de la macro se han fortalecido. Esto implica una fed más agresiva en su tarea de acomodar al alza las tasas de interés.
El mercado espera actualmente tres subas para 2018 como escenario base, con probabilidades crecientes para una cuarta. Las expectativas de inflación – en las cuales el mercado se ha estado enfocando últimamente – no han tenido variaciones significativas, manteniéndose en 1.9% para 2018, tanto a nivel core (sin precios de alimentos ni energía) como headline.
Más allá de la volatilidad y los swings que las tasas más largas puedan mostrar en el corto plazo, la convergencia de la inflación hacia el 2%, la mejora del mercado laboral y el fortalecimiento de la macro norteamericana hacen que el sendero de las mismas (empujadas por la overnight que fija la fed) sea alcista.