La economía mexicana se expandió un 2.5% durante el primer trimestre del año, ligeramente por encima de nuestra estimación de 2.4%. El ritmo de crecimiento significa una moderada desaceleración respecto a la tasa observada en el último trimestre del año pasado (2.6%).
Sólo con el primer trimestre, tal y como sucedió el año pasado, ya se han arruinado las expectativas de crecimiento para todo el año. El pronóstico inicial del gobierno era de una expansión, para este año, de entre 3.2% y 4.2%, y el de Banxico era de entre 3.0% y 4.0%.
Hoy, tras el dato, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) redujo su pronóstico de crecimiento en un punto porcentual, de ese rango inicial de entre 3.2% y 4.2% a otro de entre 2.2% y 3.2%. Banxico, previamente, había recorrido ese camino: el martes, en su informe trimestral, situó el nuevo rango entre 2.0% y 3.0% (previamente, en febrero, ya lo había recortado a otro rango de entre 2.5% y 3.5%). Nuestro pronóstico de crecimiento para todo el 2015 es de 2.7% , comparado con un pronóstico de 2.9% que establecimos con el anuncio del recorte del gasto público del gobierno a finales de enero.
El menor ritmo de actividad se concentró en el sector secundario, que se enfrió en un punto porcentual al pasar de una tasa de 2.4% a otra de 1.4%. Sin embargo, ese menor ritmo de actividad de la industria estuvo prácticamente contrarrestado por el aumento del sector primario, que creció a una tasa de 6.8% frente a 1.4% en el último trimestre. El sector terciario mantuvo la misma tasa de crecimiento observada en el trimestre previo, de 2.9%.
La minería, afectada por el derrumbe del precio del petróleo y el descenso de la plataforma petrolera, junto con la manufactura, que perdió impulso ante el menor ritmo de actividad de Estados Unidos, explican la ligera desaceleración de la economía estadounidense.
Así, la minería ha entrado en una severa recesión que dura ya cinco trimestres, debido a la contracción del rubro de “extracción de petróleo”, que es su principal componente. En el primer trimestre la minería se hundió un 5.0% tras bajar un 5.7% en el cuarto trimestre dado que la “extracción de petróleo” aceleró su caída a 5.8% frente a 4.7% en el trimestre anterior. El sector de minerales, que se expandió un 2.6% tras caer un 0.5% en el cuarto trimestre logró contener la caída. La minería representa un 22% del sector secundario, del cual el 18% es el rubro de extracción de petróleo.
Por otro lado, el sector manufacturero redujo su ritmo de expansión a 2.9% tras crecer a una tasa de 4.6% en el trimestre previo. Aquí la causa se halla en Estados Unidos: en el primer trimestre su economía perdió dinamismo en gran medida debido a otro invierno gélido, y se dejó sentir en las exportaciones mexicanas: en el primer trimestre, las exportaciones no petroleras aumentaron un 6.2%, la tasa más baja desde el primer trimestre del año pasado, e inferior a la tasa de 9.3% del trimestre pasado.
Sin embargo, el sector industrial de Estados Unidos no sólo se vio afectada por el clima, sino también por un dólar demasiado fuerte y por la caída, también allí, de la actividad en el sector petrolero. En abril, los datos volvieron a ser decepcionantes y en términos desestacionalizados encadenó el quinto mes consecutivo de caída en la actividad. En su variación interanual, la industrial de Estados Unidos pasó de crecer de una tasa de 4.8% a otra de sólo 1.9%
En los otros rubros del sector secundario, la construcción ha salido con vigor de la recesión de inicio del sexenio, asociado al cambio de modelo de vivienda y la parálisis en la infraestructura pública con el cambio de administración, aunque también perdió algo de fuerza al inicio de 2015: la construcción creció a una tasa de 4.2% comparado con 5.9% en el cuarto trimestre. Las elevadas tasas observadas en los tres últimos trimestres se debe a una base de comparación favorable tras la reciente recesión, por lo que las tasas de crecimiento se irán moderando conforme la base se hace más adversa.
El rubro de menor peso en el sector secundario, el de agua, gas y electricidad, fue el único que mejoró dentro del sector secundario, al crecer a una tasa de 3.6% frente a 1.7% en el trimestre anterior.
El sector terciario mantuvo el pulso en el primer trimestre del año. Los servicios crecieron un 2.9%, la misma tasa registrada en el trimestre previo. El componente de mayor peso, el de comercio al por mayor y por menos, se frenó ligeramente para situarse a una tasa de 4.7% comparado con 5.4% en el cuarto trimestre. Pero aceleró su ritmo de expansión el rubro de transporte (3.0% vs 2.5%), el de información (6.0% vs 2.2%), quizás impulsado por el ánimo electoral (el rubro de radio y televisión aumentó un 7.7% tras tres trimestres de caída en el sector), el de ocio (+3.5% vs -2.1%) o el de actividades gubernamentales (+5.3% vs 2.0%), también influido por la proximidad de las elecciones de junio.
Finalmente, el sector primario, más volátil, ayudó a la economía en el primer trimestre del año al resurgir con una tasa de 6.8% comparado con 1.4% en el trimestre anterior.
Las expectativas para el segundo trimestre es que la economía gane algo más de fuerza por tres motivos: uno, la minería ya tocó piso. La recuperación de los precios del petróleo debe contribuir a mejorar el ritmo de extracción de crudo. Dos, Estados Unidos debe acelerar su ritmo de crecimiento en el segundo trimestre, lo que favorecerá un mayor auge de las exportaciones mexicanas y de su industria manufacturera, si bien el dato de producción industrial de abril fue decepcionante y marcó el quinto mes consecutivo de caída. Y tres, con las elecciones del 7 de junio, el ritmo de gasto gubernamental se robustecerá. Por tanto, nuestra expectativa inicial es que el PIB se acelere en el segundo trimestre a algo en torno a 2.8%, lo que significaría la tasa más rápida de crecimiento de este sexenio.
En lo que se refiere a los datos desestacionalizados respecto al trimestre anterior, el mensaje fue un poco el mismo. El PIB aumentó un 0.4%, lo que significó una desaceleración respecto a la tasa de 0.7% del trimestre anterior. La industria se contrajo un 0.2% tras crecer 0.5% en el cuarto trimestre, los servicios mantuvieron un aumento de 0.5%, cercana a la tasa de 0.7% del cuarto trimestre, y el sector agropecuario fue el de mayor dinamismo con una tasa de 3.0% tras contraerse un 1.0% en el trimestre anterior.