- Un IPC por debajo de lo previsto puede traer al oro algo de amor este San Valentín
- El crecimiento anual del IPC podría ser inferior, pero las cifras subyacentes y mensuales podrían ser superiores.
- El oro tiene que superar los 1.900 dólares para recuperar su trayectoria al alza, según los analistas
El amor está en el aire mientras el mundo se prepara para sumergirse en una nueva celebración de San Valentín, aquéllos posicionados en largo en el oro también anhelan recibir un poco de amor de los datos de inflación que se publican este martes.
El índice de precios al consumo nos permitirá saber hasta qué punto Estados Unidos se está distanciando de la inflación. El distanciamiento entre el llamado IPC y el crecimiento de los precios, llamado desinflación por la Reserva Federal, debe crecer para asegurar que sean los adeptos del oro los que tengan suerte el 14 de febrero —y no sus némesis que persiguen el dólar.
En términos anuales, las cosas pintan bien para los partidarios del metal precioso. Se prevé que el índice de precios al consumo haya crecido sólo un 6,2% interanual en enero, frente al 6,5% de diciembre. El IPC subyacente del que se excluyen los volátiles precios de los alimentos y la energía, también es optimista, con una expansión anual del 5,5%, frente al 5,7% anterior.
Sin embargo, estas cifras anuales plantean un problema. Dado que es probable que los efectos de base distorsionen las medidas anuales de crecimiento de los precios, es probable que los participantes del mercado se inclinen en igual medida —o quizás más— por IPC subyacente mensual, que se prevé se haya mantenido plano frente al aumento del 0,4% de diciembre.
Este posicionamiento del mercado ante el IPC subyacente sugiere la posibilidad de que el dólar se convierta en el favorito de los traders de divisas este martes, especialmente si la inflación sin alimentos ni energía registra un aumento mayor de lo esperado en enero. Por otro lado, una cifra igual o inferior al 0,3% podría reavivar la idea de que la Reserva Federal cree que las subidas de los tipos de interés serán menores en 2023. Eso podría impulsar al oro y hacer que el dólar brinde por algo diferente.
El IPC subyacente no es la única cifra que los inversores en oro deben seguir de cerca. En diciembre, el componente "servicios menos servicios energéticos" del IPC se situaba en el +0,5%. Dado que este es el componente específico de la inflación al que la Reserva Federal presta especial atención, una gran subida en enero, en torno al 0,7% o 0,8%, podría dar un impulso al dólar, incluso si el IPC subyacente se sitúa cerca de las expectativas del mercado y viceversa.
No hace mucho, los precios del oro solían subir con la inflación, ya que los inversores compraban el metal como "cobertura" o reserva de valor frente al dólar, cuyo valor suele erosionarse cuando suben los precios de los bienes y servicios. Esto ocurría en épocas normales, cuando las buenas noticias económicas favorecían a los activos de riesgo.
Ahora, las buenas noticias económicas —especialmente en materia de empleo y salarios de Estados Unidos— son malas porque pueden soliviantar la inflación, lo que llevaría a la Reserva Federal a subir los tipos y perjudicaría a todo tipo de activos, desde las acciones hasta el oro y el petróleo. Así pues, la relación de correlación positiva del oro con la inflación se ha roto y probablemente siga así hasta que la Fed empiece a prestar menos atención a los tipos.
La Fed ha subido los tipos en 450 puntos básicos este último año, llevándolos a máximos del 4,75% desde apenas el 0,25% tras el brote de COVID-19 de marzo de 2020.
El banco central comenzó con una modesta subida de 25 puntos básicos en marzo de 2022, que aumentó a 50 puntos básicos el mes siguiente, antes de embarcarse en cuatro subidas masivas de 75 puntos básicos entre junio y noviembre del año pasado, cuando la inflación anual alcanzó máximos de cuatro décadas. A partir de entonces, la Reserva Federal ralentizó su ritmo de ajuste monetario, volviendo a una subida de 50 puntos básicos en diciembre y de 25 puntos básicos este mes.
Sin embargo, el crecimiento desbocado del empleo no agrícola en enero —con la creación de 517.000 empleos en lugar de los 185.000 previstos, frente a los 260.000 de diciembre— ha suscitado dudas sobre si la Fed podría seguir reduciendo las subidas de tipos.
Desgraciadamente, el oro está en el punto de mira de la lucha del banco central contra la inflación. Cada repunte del dólar y del rendimiento de los bonos del Tesoro se ha convertido en una oportunidad para hacer bajar el oro.
Inicialmente se preveía que el oro superaría los 2.000 dólares por onza en el primer trimestre de este año, retomando el repunte de abril de 2022. Los futuros del oro alcanzaron máximos de 10 meses en torno a los 1.975 dólares justo antes de la publicación del informe de empleo de enero, el 1 de febrero. Desde entonces, ha caído por debajo de los 1,830 dólares, para después recuperarse y situarse en torno a los 1,875 dólares.
El precio al contado del oro, que algunos traders siguen más de cerca que a los propios futuros, rondaba por debajo de los 1.863 dólares en el momento de redactar estas líneas.
El dólar ha tenido sus propios problemas estos últimos meses, ya que la Reserva Federal parecía haber entrado en una senda moderada de subidas de tipos. El índice dólar, que sigue la evolución de esta moneda con respecto a una cesta de otras seis divisas principales, descendió desde los máximo de dos décadas de 114,745 de septiembre a mínimos de 10 meses por debajo de 100,805 el 1 de febrero. En el momento de redactar estas líneas, el índice dólar se sitúa justo por encima de 103,50.
El estratega técnico experto en oro/dólar Sunil Kumar Dixit de SKCharting.com ha afirmado que la divisa estadounidense podría alcanzar nuevas cotas con los datos del IPC y lastrar el precio al contado del oro en consecuencia. Y añade:
"La estabilidad del índice dólar por encima de 102,50 es una mala noticia para los alcistas del oro.
Si el índice dólar logra mantenerse por encima de 103,65, podría volver a probar rápidamente sus máximos anteriores de 103,85 y desafiar la MME o Media Móvil Exponencial de 50 semanas, de 104,01, seguida de la MME de cinco meses de 104,37".
Gráficos de SKCharting.com, con datos de Investing.com
En un nivel gráfico más granular, el índice dólar se ha mantenido por encima de la corrección de Fibonacci del 38,2% y podría volver a dirigirse hacia la MME de 50 días de 103,65, con el apoyo del Índice de Fuerza Relativa (RSI) alcista, y un cruce positivo de estocásticos en su gráfico diario, dice Dixit.
"Creemos que existe la posibilidad de que el índice dólar avance hacia 104 y quizás hasta 104,37, lastrando al oro hacia 1.832-1.828 dólares. Si el índice dólar hace un parabólico por encima de 104 y 104,37, podríamos asistir a un nuevo repunte hacia 104,97, lo que podría enviar al oro a mínimos de 1.789 dólares".
La última vez que el oro cotizó por debajo de los 1.800 dólares fue el 23 de diciembre, cuando se situó en 1.798,90 dólares.
En el lado opuesto, Dixit dice que también existe un escenario bastante probable en el que el índice dólar realiza una corrección bajista de 104,37 o 104,97 a un descenso por debajo de 102,50-102,30.
"Este descenso del índice dólar podría coincidir con el fin de la corrección del oro y su repunte desde los 1.789 dólares hacia los 1.900 dólares, que se confirmaría con un cierre semanal por encima de los 1.932 dólares", añade.
Tammy Da Costa, otra estratega del oro, comparte una opinión similar. En un blog que se publicó en el sitio DailyFX, dice:
"Para que los alcistas del oro recuperen la confianza, un repunte claro apartándose de los 1.900 dólares y por encima de los 1.903 dólares (38,2% de retroceso del movimiento de 2022) podría llevar a los precios de nuevo al siguiente nivel de resistencia en los 1.930 dólares antes de dirigirse de nuevo hacia los 1.950 dólares.
Por el contrario, un resurgimiento del impulso bajista por debajo de los 1.871,6 dólares podría llevar la acción del precio a la MM (media móvil) de 50 días, que se mantiene como nivel de soporte adicional en los 1.859,4 dólares. Los mínimos de enero se convertirían en el próximo objetivo de los vendedores en 1.829,9 dólares, allanando el camino para nuevas pérdidas hacia 1.800 dólares”.
Tras el IPC, el miércoles se publicarán las cifras de enero de ventas minoristas. Aunque es en sí mismo un indicador importante de cómo resisten los consumidores la presión inflacionista, las ventas minoristas serán secundarias con respecto al índice de precios al productor del jueves, uno de los indicadores de precios más importantes junto con el IPC. El llamado IPP mide la variación media en el tiempo de los precios de venta percibidos por los productores nacionales por su producción, en este caso entre diciembre y enero.
Además, el jueves se conocerán los datos de enero de promociones de vivienda y de licencias de obra, que mostrarán si el mercado inmobiliario sigue mejorando gracias a la caída de los tipos hipotecarios. Todo apunta a que las promociones de vivienda repunten y aumenten un 0,6% tras la contracción del 1,4% de diciembre. Un dato negativo podría perjudicar al dólar e impulsar al oro, aunque se espera que el impacto sea efímero.
Los datos semanales de solicitudes iniciales de subsidio por desempleo del jueves también indicarán cómo le va al mercado laboral —el motor de la recuperación económica de Estados Unidos tras la pandemia de coronavirus— tras el crecimiento de enero.
De mayor impacto será lo que digan los responsables de la política monetaria de la Reserva Federal que hablaran durante toda la semana sobre los tipos, la inflación y la economía, a medida que vayan compareciendo para ofrecer sus puntos de vista tras el tradicional periodo de "silencio" de dos semanas que ha precedido a la última subida de tipos del banco central el 1 de febrero. El presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, el presidente de la Fed de San Luis, James Bullard, el presidente de la Fed de Filadelfia, Patrick Harker, y la presidenta de la Fed de Cleveland, Loretta Mester, son algunos de los portavoces previstos para esta semana.
Sus declaraciones suelen hacer que los mercados, incluidos el del oro y el dólar, y el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años, sean más volátiles de lo que probablemente serían si se limitasen a seguir la publicación de los datos.
Descargo de responsabilidad: Barani Krishnan utiliza una serie de puntos de vista aparte del suyo para aportar diversidad a su análisis de cualquier mercado. En pos de la neutralidad, presenta opiniones contrarias y variables de mercado. No tiene participaciones ni mantiene una posición en las materias primas o valores sobre los que escribe.