Desató el debate la Comisión de Cambios de México, tras anunciar la semana pasada que hará una reducción gradual en el monto del programa de coberturas cambiarias liquidables en pesos, pues analistas financieros discuten sobre si la medida aborda o no los factores clave que impulsan la fortaleza artificial del peso.
La Comisión, que es integrada por funcionarios de la Secretaría de Hacienda y del Banco de México (Banxico), argumenta que su propósito es mantener el funcionamiento ordenado del mercado cambiario, pero también deja dudas sobre el impacto que tendrá su decisión en el mismo mercado de divisas.
Este programa, que se puso en marcha en febrero de 2017 en un momento de alta volatilidad (depreciación del peso) en los mercados, con un tipo de cambio de 21.95 pesos por dólar, tenía como objetivo ofrecer a los inversionistas una forma de protegerse contra posibles pérdidas de nuestra moneda frente al billete verde.
A lo largo de los años, su monto se ha incrementado hasta alcanzar los 30,000 millones de dólares en marzo de 2020, en medio de la pandemia por covid-19 y con el tipo de cambio en 25.36.
La estrategia
El plan de reducción anunciado por la Comisión contempla varios pasos clave:
- A partir de septiembre de 2023 se renovarán los vencimientos de las coberturas en una sola ocasión y por el 50 por ciento del monto vigente.
- Para las operaciones con un plazo original de seis meses, en su fecha de renovación se anunciará una reducción del plazo a un mes y aplicará la regla de prorrogar únicamente el 50 por ciento del monto vigente.
- Se dejará que las operaciones con un plazo original de nueve y 12 meses lleguen a término en su totalidad en las fechas de vencimiento respectivas.
- Con un saldo actual de 7,491 millones de dólares en instrumentos vigentes y teniendo en cuenta los próximos vencimientos, se espera que el programa alcance un saldo de cero al cierre de febrero de 2024. Una liquidación pronta.
Los pros y los contras
Para diversos analistas –con los que coincidimos–, la decisión de la Comisión de Cambios es coherente con el régimen de libre flotación, y puede interpretarse como una señal de retiro gradual de la intervención de la autoridad en el mercado cambiario.
Dígame si no, se trata de un reconocimiento implícito de que las autoridades monetarias han influido demasiado en la apreciación de la moneda nacional y que ya no están tan cómodas con dicha situación.
A pesar de la reacción inicial en los mercados, que llevó al alza el tipo de cambio por encima de las 17.10 unidades, la mayoría de los analistas no anticipan una depreciación significativa del peso mexicano y creen que podría mantener su tendencia al alza (o sea, un precio del dólar a la baja), aunque es menos probable que alcance un nuevo mínimo en el año.
Desde el punto de vista de los economistas de ING (AS:INGA), la reducción de la cobertura no aborda uno de los factores clave que impulsan la fortaleza del peso mexicano, que es el “carry trade” ajustado por riesgo.
El “carry” implica la asunción de deuda a una tasa más baja en el exterior –por ejemplo, en Estados Unidos– para traer el capital a México y sin esfuerzos embolsarse los rendimientos provenientes de tasas de interés más elevadas en cetes y bonos mexicanos.
A menos que Banxico baje las tasas de interés (lo que se ve poco probable este año dada su postura restrictiva) o que genere una volatilidad implícita significativamente mayor –señalan los expertos de ING–, la relación carry-riesgo seguirá siendo favorable para el peso. Y estamos de acuerdo.
Por otra parte, la mesa de análisis de Citibanamex ve la medida como positiva en términos de eficiencia para Banxico y en el contexto de la fortaleza cambiaria.
Sugiere que el país podría aprovechar esta fortaleza para tomar medidas complementarias, como una reducción adicional en la línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y una política de acumulación de reservas internacionales. En este espacio consideramos que, aunque sería lo correcto, es poco probable que la inexperta Junta de Gobierno de Banxico adopte dichas políticas.
Aun considerando los efectos de medidas como éstas, los analistas citados estiman que el tipo de cambio real podría mantenerse más fuerte que su nivel promedio de largo plazo de aquí al cierre de 2024.
AMLO cerraría con “superpeso” y la burbuja le estallaría a la próxima presidencia
En conclusión, aquí en Top Money Report pensamos que habrá “superpeso” para rato. Por razones tanto especulativas como fundamentales (México aún tiene grado de inversión), el país seguirá atrayendo a su mercado de deuda capitales golondrinos, y esto permitirá gozar de un dólar e importaciones baratas durante un prolongado periodo.
Así que hoy es momento de “hacer el agosto” comprando todo lo que podamos con nuestros pesos, pues nunca volverán a ser tan valiosos como lo son ahora mismo.