La cita veraniega con los banqueros centrales en Jackson Hole suele ser el gran foco de atención para los inversionistas durante el mes de agosto.
El evento está programado para esta semana del 22 al 24 de agosto. Va más allá de un encuentro informal de las máximas autoridades de política monetaria del mundo y suele dejar mensajes de calado, a menudo anticipo de las decisiones que estarán por llegar en los próximos meses.
El discurso que pronunciará Jerome Powell, presidente de la Fed, en este foro el viernes 23 de agosto será analizado con la máxima atención. Todo el interés está puesto en confirmar si, como está adelantando estas últimas semanas el mercado, el presidente de la Fed lanza un mensaje dovish, anticipando que están próximos a recortar las tasas de interés.
La inflación en EUA se está moderando y la economía, a pesar de las dudas recientes sobre un riesgo de recesión, sigue mostrando cierta resiliencia para todavía confiar en un aterrizaje suave.
En repetidas ocasiones la Fed ha insistido en la necesidad de tener confianza sobre la continuidad del proceso desinflacionario. No quisieran apresurarse en recortar la tasa y luego tener que volver a subirlas por presiones en precios que no contemplaran.
Al mismo tiempo, el banco central de EUA recientemente comenzó a valorar un poco más la importancia al mandato dual, para contemplar el tema del mercado laboral y la salud de la economía norteamericana. Lo que le interesa también a la autoridad es no demorarse demasiado en llevar a cabo la primeva baja de tasas.
El presidente de la Fed difícilmente dará pistas concretas sobre la decisión que se tomará en septiembre, pero un tono suave en Jackson Hole, podría ser capaz de causar nuevas ganancias en los precios de los activos de mayor riesgo, particularmente el peso mexicano.
Actualmente el mercado ya descuenta el recorte de septiembre. La principal duda que trae es si sería de 25pbs o 50pbs. En el mercado de futuros, las apuestas son 75% a una baja de un cuarto de punto porcentual y 25% a medio punto.
Powell ha insistido en que las próximas decisiones sobre las tasas se tomarán estrictamente en función de los datos y hasta la reunión del próximo 18 de septiembre se conocerán numerosos indicadores, entre ellos un PCE, una inflación al consumidor y un informe de empleo de la nómina no-agrícola.
La reacción del peso mexicano a las palabras de Powell en Jackson Hole sería positiva en caso de que la interpretación que le dé el mercado sea de un tono dovish, abriendo aún más la puerta al recorte de tasas de interés en la reunión de septiembre. Por el contrario, una interpretación de que fue más duro a lo anticipado, y de que requieren todavía una mayor cantidad de reportes de inflación para pensar en una baja, podría generar algo de presión y volatilidad.