Wall Street abrió al alza. La capacidad que tuvo el gobierno de China para controlar una jornada bursátil complicada, en buena medida gracias a la compras de los fondos de inversión controlados por el gobierno, trajo algo de calma a los mercados globales. Sin embargo, los mercados no aguantaron el impulso inicial y al final terminaron con pérdidas, en los mínimos de la sesión, lo que implicó la tercera jornada consecutiva de caídas.
Al cierre de la jornada, el Dow Jones caía un 1.02% para terminar en los 16,346.45 pts mientras que el Nasdaq, que ha perdido terreno en los últimos 11 días, retrocedía un 0.98% para concluir en los 4,643.63 pts. El S&P’s 500, finalmente, bajaba un 1.08% para acabar en los 1,922.03 pts. Con estos cierres, los tres índices están ya en terreno de “corrección”, esto es, caídas de más de 10% respecto a su reciente máximo.
Pero además, las pérdidas durante la primera semana del año fueron escalofriantes. El Nasdaq se ha hundido un 7.3% en estos cinco primeros días de operación, el Dow Jones un 6.2% y el S&P’s 500 un 6.0%. Es la peor semana para el S&P’s 500 en más de cuatro años, y es el peor inicio de año para Wall Street desde 1928.
Mal inicio, por tanto, para unos mercados cuya inestabilidad pone a la Fed en un brete, más si los datos de empleo siguen siendo potentes y la inflación empieza a repuntar. En efecto, al mismo tiempo que Wall Street registra el peor inicio de año de la historia, el empleo crece de forma mucho más vigorosa a lo previsto.
En diciembre se crearon 292,000 puestos de trabajo, comparado con 200,000 que estimaba el consenso. Además, el dato de noviembre fue revisado al alza de 211,000 reportado originalmente a 252,000. Las revisiones de octubre y noviembre implicaron 50,000 empleos más de lo publicado en un principio.
Pero además, en todo el año se contrataron, de forma neta, a 2.65 millones de estadounidenses, comparado con 3.1 millones el año pasado. Si consideramos las ganancias de empleo de ambos años, no se habían creado tantos puestos de trabajo en dos años seguidos desde 1998-1999. Sólo que en aquellos años, en plena crisis asiática, las tasas de interés rondaban el 5%. ¿Cómo es que ahora las tasas de interés permanecen por los suelos?
La razón es que la inflación permanece deprimida. Sin embargo, las presiones salariales empiezan a emerger: las remuneraciones por hora se incrementaron un 2.5% en diciembre respecto al mismo mes del año pasado, y aunque resultó inferior a lo temido por los analistas (2.7%), es la tasa más alta desde la Gran Recesión, lo que se puede traducir en presiones al alza en los precios al consumidor.
¿Qué objetivo será el prioritario para la Fed? ¿La estabilidad financiera, el crecimiento o la inflación? Nos tememos que la estabilidad financiera, por lo que incluso si el empleo sigue creciendo a buen ritmo y surgen presiones inflacionarias, una subida de tasas sería como pegar fuego a unos mercados que ya están en combustión y cuya hecatombe arrastraría a la economía real a una nueva recesión.
Las ventas arreciaron rumbo al cierre del mercado, sobre todo en el sector de la banca. El sector financiero fue el peor de la sesión, con una caída de 1.6%, seguido de salud (-1.4%) y energía (-1.3), por lo que el sector de petróleo ya se ubica en mínimos de 5 años.Sólo se salvó el sector de servicios básicos, que terminó plano. Entre los bancos, JP Morgan (N:JPM) perdió un 2.2%, Citigroup (N:C) un 1.4%, Wells Fargo (N:WFC) un 1.7% y Bank of America (N:BAC) un 1.9%.
En las materias primas, los precios del petróleo siguen perdiendo terreno. El barril del WTI ha caído en los cinco días de la semana, y hoy descendió un 0.96% para cerrar en los 32.95 dólares. El Brent se hundió un 1.2% y acabó en los 33.34 dólares.
De modo que mal empezó este 2016 en las bolsas. China parece ser el principal culpable, pero también el petróleo, la crisis de Arabia Saudí e Irán, las bombas de Corea del Norte, la Fed… Y la semana que viene, a todo esto, tendremos que sumar una temporada de reportes corporativos que inicia con Alcoa, JP Morgan o Intel (O:INTC).