El futuro económico de Venezuela se presenta como una encrucijada entre la continuidad del paradigma actual y un viraje hacia un enfoque más mercantilista. Dos escenarios “hipotéticos” para 2028 ilustran las posibles consecuencias de cada camino.
Escenario 1: Continuidad del paradigma actual
Bajo la actual trayectoria económica, Venezuela podría seguir experimentando un crecimiento moderado del PIB, impulsado principalmente por el sector petrolero. Sin embargo, la diversificación económica seguiría siendo un desafío, y la hiperinflación podría persistir, aunque a un ritmo menor. El tipo de cambio controlado por el gobierno generaría distorsiones en el mercado cambiario y desalentaría la inversión extranjera. La elevada deuda externa seguiría siendo una carga importante para la economía, limitando la capacidad del gobierno para invertir en sectores productivos.
En el ámbito microeconómico, la actividad del sector privado se mantendría limitada, la tasa de desempleo seguiría alta y la pobreza extrema podría afectar a alrededor del 30% de la población.
Soluciones potenciales para este escenario incluyen la diversificación económica, la reducción de la inflación, la estabilización del tipo de cambio, la reestructuración de la deuda externa y la mejora del clima de negocios.
Escenario 2: Enfoque mercantilista
Podría conducir a un crecimiento económico más robusto, una reducción gradual de la inflación, un tipo de cambio determinado por las fuerzas del mercado y una gestión más sostenible de la deuda externa. El sector privado jugaría un papel más importante en la economía, impulsando la creación de empleo y el crecimiento económico. La tasa de desempleo se reduciría y la pobreza extrema podría reducirse a alrededor del 10% de la población.
Las soluciones potenciales para este escenario incluyen la implementación de reformas estructurales, la apertura comercial, la mejora del capital humano, el fortalecimiento del estado de derecho y la lucha contra la mala administración.
Adicionalmente, tomemos en cuenta que las relaciones globales y la gestión eficiente de los recursos naturales también jugarían un papel crucial en el desarrollo económico de Venezuela. Los cambios geopolíticos podrían afectar significativamente la economía venezolana, especialmente en lo que respecta a los precios del petróleo y las relaciones comerciales.
El futuro económico de Venezuela dependerá en gran medida de las decisiones que se tomen en los próximos años. La elección entre la continuidad del paradigma actual o un viraje hacia un enfoque más mercantilista tendrá consecuencias significativas para el bienestar de la población y el desarrollo del país.