Alexis Tsipras y Efklidis Tsakalotos, primer ministro y ministro de finanzas de Grecia, presentaron anoche al resto de Europa la propuesta para un nuevo paquete de ayuda. Lo interesante de este documento, que se filtró a la prensa, es que conlleva una serie de puntos que fueron rechazados por los griegos en el referéndum del domingo, lo que constata el deseo de mantenerse en la Eurozona o el temor de un escenario peor fuera de ella.
A continuación explicamos los principales puntos que está proponiendo Tsipras a cambio de la ayuda.
Superávit primario: La propuesta indica que el país implementará un plan de forma inmediata para lograr un superávit primario (antes de incluir el pago de intereses de deuda) para el 2018 del 3,5%.
Reforma al Impuesto al Valor Agregado (IVA): En este punto, Grecia se acerca bastante a la propuesta de Europa y promete unificar el impuesto al 23%, con ciertas excepciones, las cuales tendrán una del 13%. Las excepciones son a alimentos básicos, energía, hoteles y agua, entre otros. Para colocar en perspectiva, el plan enviado a la Asamblea Legislativa costarricense pretende un IVA progresivo que alcanzaría el 15% al 2017.
Un tema controversial es el IVA a las islas griegas, donde los acreedores solicitaron prescindir de los beneficios. Grecia propone aumentarlo, pero a las islas más grandes, no a las más remotas.
Otras reformas: El documento detalla la intención de eliminar subsidios al diésel que usan los agricultores, así como reducir el gasto militar en 100 millones de euros en 2015 y 200 millones en 2016. Esa cifra es inferior a los 600 millones que la contraparte solicitó en la propuesta rechazada el domingo.
Pensiones: El documento señala que la administración reconoce que el sistema actual no es sostenible, por lo que implementará las reformas que se habían pactado en los paquetes de ayuda anteriores. Adicionalmente, aumentará la edad de pensión gradualmente hasta alcanzar los 67 años en el 2022 (actualmente está en 65), desincentivará el retiro anticipado, mediante sanciones a quien lo hagan, y eliminará gradualmente una subvención a pensionistas de bajos recursos.
Este documento ya está en las manos de las cabezas de los 28 miembros de la Unión Europea, y al menos a Francia le agradó; ahora la pregunta es qué pensarán otros miembros más estrictos, como Alemania.