México, 4 dic (EFE).- Centenares de simpatizantes de la izquierda mexicana bloquearon hoy los accesos al Senado en protesta por la reforma energética que tiene para estudio el Parlamento, en un intento por impedir el debate de la iniciativa más importante del Gobierno de Enrique Peña Nieto.
La protesta, que no logró impedir el ingreso de los senadores a la cámara, iba a estar encabezada por el excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, pero él fue hospitalizado el martes por un infarto de miocardio.
"Agradezco que la gente venga a apoyar para defender el petróleo", afirmó frente al Senado Andrés Manuel López Beltrán, hijo del político. "Convoco a mantener el cerco al Senado día, tarde y noche si es necesario para frenar la reforma energética", agregó.
"Este cerco -insistió- es un primer paso para iniciar nuestra lucha pacífica en contra de una reforma energética. El bloqueo es un éxito y mi padre muy pronto regresará".
La sede legislativa, un gran edificio situado en la céntrica avenida Reforma de la capital mexicana, estaba custodiada por unos 3.400 policías, muchos de ellos protegidos con escudos y que habían colocado vallas para restringir el acceso al Senado y en sus alrededores.
En la protesta participan militantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el grupo político de López Obrador, y de otras organizaciones políticas y sociales simpatizantes con sus posturas.
Se espera que en las próximas horas el Senado comience a debatir la reforma energética, primero en comisiones y después en el pleno de la cámara.
A pesar de esta protesta, desde antes de que fuera convocada comenzaron a llegar los senadores a la sede legislativa para iniciar la discusión de la reforma energética. Otros se habían alojado anoche en hoteles próximos situados dentro del cerco policial.
La izquierda mexicana se opone a que la reforma energética incluya modificaciones en la Constitución para que se permita la participación de empresas privadas en la explotación de los recursos de hidrocarburos.
El sector está monopolizado actualmente por la empresa pública Petróleos Mexicanos (Pemex), pero el Gobierno pretende sumar a sus actividades a empresas privadas que exploren áreas que no puede explotar Pemex, mediante contratos de utilidades compartidas. EFE
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