El sector del refinado de petróleo de Estados Unidos se prepara para un verano potencialmente turbulento, ya que los analistas advierten de la doble amenaza que suponen las altas temperaturas récord y la activa temporada de huracanes. La temporada de huracanes en el Atlántico, que va de junio a noviembre, supone un riesgo importante para las refinerías, sobre todo porque la mitad de la capacidad de refinado del país se encuentra en la costa del Golfo, una zona propensa a las tormentas tropicales.
Estados Unidos, que es el mayor mercado de combustible del mundo, podría ver cómo los precios del combustible se vuelven extremadamente volátiles durante esta temporada alta de viajes. Los meteorólogos gubernamentales han pronosticado hasta siete grandes huracanes en los próximos meses, un notable aumento respecto a la media anual de tres. Estas tormentas pueden afectar gravemente al suministro y los precios del combustible.
Citgo Petroleum Corp ya ha reducido la producción de su refinería de Corpus Christi, en Texas, y prevé mantener operaciones mínimas durante el paso de la tormenta tropical Beryl. Los mayores puertos de Texas también han cerrado sus operaciones en previsión de la tormenta, que se espera que recupere fuerza de huracán antes de tocar tierra a primera hora del lunes.
Los analistas, entre ellos Neil Crosby, de Sparta Commodities, señalan que la temprana intensidad del huracán Beryl, que se convirtió en el huracán de categoría 5 más temprano registrado, indica que se avecina una temporada activa y posiblemente perturbadora. Según Patrick De Haan, analista de GasBuddy, los huracanes son un factor importante en las fluctuaciones de los precios de la gasolina, y Beryl es un claro recordatorio de ello.
Las órdenes de evacuación y los preparativos para las tormentas suelen provocar un aumento de la demanda de combustible, lo que puede hacer subir los precios de la gasolina, el gasóleo y otros productos refinados. La Administración de Información Energética de EE.UU. (EIA) ha sugerido que una gran tormenta que golpee el sistema de refinado de la costa del Golfo podría eliminar hasta un millón de barriles diarios de suministro de combustible, lo que provocaría cortes prolongados o incluso cierres permanentes de refinerías.
La región marítima del Golfo de México, que representa alrededor del 14% de la producción de crudo estadounidense, también podría sufrir importantes interrupciones del suministro de crudo debido a los huracanes. Tras el paso del huracán Ida en 2021, las compañías petroleras y de gas suspendieron la producción de más de 1,7 millones de barriles de petróleo. La EIA ha indicado que las interrupciones de aproximadamente 1,5 millones de barriles diarios (bpd) de producción de crudo y capacidad de refino pueden provocar un aumento de los precios de la gasolina de 25 a 30 céntimos.
Además de los problemas relacionados con las tormentas, las refinerías estadounidenses se enfrentan al calor extremo. La previsión mensual de temperaturas en EE.UU. prevé temperaturas superiores a la media en gran parte del país en julio, que suele ser el mes más caluroso. Los analistas de JPMorgan han destacado los efectos amplificados del exceso de temperaturas en las cadenas de suministro de materias primas, incluidos el petróleo y el combustible. La mayoría de las refinerías están diseñadas para funcionar eficientemente dentro de un rango específico de temperaturas, y las temperaturas de tres dígitos pueden causar averías en los equipos y reducir la capacidad de refinado. El año pasado, el calor extremo provocó un descenso de 500.000 bpd en la producción de productos refinados de la Costa del Golfo.
A pesar de estos posibles problemas, hay algunas noticias positivas. Las refinerías estadounidenses se sometieron a un intenso mantenimiento a principios de año, que incluyó importantes mejoras y un detallado mantenimiento que se había retrasado debido al aumento de la demanda y a las interrupciones del suministro en el periodo post-pandémico. En teoría, este mantenimiento debería dejar a las refinerías mejor equipadas para afrontar la temporada de huracanes, como señala Alex Hodes, analista de petróleo de la correduría StoneX.
Además, en los últimos meses se ha producido una ralentización de la demanda, lo que ha permitido a las refinerías acumular reservas de combustible, que podrían servir de amortiguador frente a los cortes. Los inventarios de gasolina en EE.UU. han aumentado en unos 4 millones de barriles desde principios de abril, alcanzando unos 231,7 millones de barriles el 28 de junio, lo que coincide con la media estacional de cinco años, excluido 2020.
Los inventarios de destilados, incluidos el gasóleo y el gasóleo de calefacción, también han crecido en 3,7 millones de barriles desde principios de abril, totalizando 119,7 millones de barriles a 28 de junio, ligeramente por debajo de la media histórica si se excluyen los elevados inventarios de 2020 debido a las caídas de la demanda relacionadas con COVID.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.