Coronavirus cambia patrones de compra y venta en supermercados

Por Fernanda Celis

Infosel, marzo. 30.- Entrar a una tienda Soriana ya no es tan fácil como antes. Todos los establecimientos de esa cadena de supermercados, la segunda más grande del país, tienen ahora sólo un acceso para poder controlar mejor la entrada y salida de sus visitantes, así como para evitar posibles saqueos.

Además, tanto en Soriana como en su principal rival, la cadena Walmart (NYSE:WMT) de México y Centroamérica, la más grande de México, ya no es posible tomar el pan que ahí hornean con las clásicas pinzas. Ahora, todas las piezas, tanto de pan de dulce como de pan salado, están envueltas para ser tomadas con las manos a fin de evitar así tocar un dispositivo en el que algún cliente anterior pudo dejar algún virus.

En esas tiendas, tampoco es posible ya adquirir un número indeterminado de productos, principalmente en las áreas de alimentos básicos y de productos de higiene.

Bienvenidos a las nuevas conductas de la industria minorista y de sus clientes ante la propagación del nuevo coronavirus, covid-19.

A medida que el nuevo padecimiento está generando alerta en el mundo por el creciente número de personas infectadas y muertas por el padecimiento, principalmente en Italia, España y Estados Unidos, tanto empresas como clientes han comenzado a adoptar nuevas estrategias, conductas o patrones, para combatir la transmisión, pero sin interrumpir el abasto y las ventas a sus clientes.

En resumen, ante un entorno cambiante y ante nuevos desafíos, la industria minorista está en transformación.

El cierre de accesos, los cambios en las presentaciones de productos y la limitación al número de artículos que un cliente puede adquirir son sólo algunas de las nuevas políticas y conductas que siguen los participantes de la industria minorista mexicana.

"¡En el pasillo del atún va un señor con diez latas, no puede llevarse tantas!", se escuchó decir a un policía, a través de su radio, a otro compañero en un Bodega Aurrera de la Ciudad de México a fin de que ese cliente no sobrepasara los límites impuestos por la tienda al número de piezas de latas de atún que un individuo puede comprar para evitar el desabasto y combatir las compras de pánico.

Ante la orden gubernamental de quedarse en casa para prevenir la propagación del covid-19, muchos mexicanos han temido quedarse sin alimentos y han acudido a sus supermercados favoritos para sobre abastecerse de algunos productos.

Derivado de esto y para evitar más escenas de estantes vacíos como los que se pudieron constatar en muchos supermercados de la capital, las empresas minoristas han decidido adaptar políticas para evitar las compras excesivas de ciertos bienes y así contribuir a una distribución más normal entre sus clientes.

Entre los productos más demandados están: arroz, sopas instantáneas, huevo, atún enlatado, papel del baño y gel anti-bacterial.

"Desde enero [cuando comenzaron las alertas de virus provenientes China y otros países cercanos] la empresa se ha preparado para atender una demanda excepcional de productos básicos, incrementando sustancialmente sus órdenes de compra y manteniendo en inventarios un stock adicional de productos", respondió La Comer, el cuarto o quinto minorista en México, en respuesta a la solicitud de un comentario, sobre posible desabasto en sus establecimientos. "Seguiremos atentos a cuidar este proceso básico para la correcta operación de nuestras tiendas".

Claro que no sólo las empresas son las que se están adaptando a un nuevo entorno.

Los mismos consumidores están también cambiando sus hábitos de compra para acoplarse al confinamiento voluntario ordenado por las autoridades.

Muchos, al hacer sus visitas esporádicas a sus tiendas favoritas, portan ahora guantes o cubrebocas, mientras que otros utilizan el gel anti-bacterial que ofrecen las tiendas o las toallas desinfectantes para limpiar los carritos del súper en los que acumulan sus compras.

La Organización Mundial de la Salud y las autoridades de salud mexicanas han insistido, desde las primeras fases de contagio, que una de las mejores medidas para evitar ser contagiado del SARS-covid-2, el virus que causa el padecimiento covid-19, es la higiene de manos.

De ahí el énfasis de las autoridades en lavarse las manos y desinfectar los artículos que suelen ser más manipulados por múltiples personas y de ahí el énfasis de los consumidores por llevar guantes o por usar gel o toallas desinfectantes.

"A nivel global, como resultado de las medidas de prevención, hemos comenzado a ver nuevos patrones de consumo, y en México esa no es la excepción", dijo la compañía de análisis de mercados Nielsen, en un reporte. "Si bien es cierto, que el covid-19 ha golpeado de forma distinta a cada país, provocando que las medidas preventivas y de contención sean diferentes, la rapidez con la que se comparte la información, ha tenido un impacto directo en productos similares a nivel global".

Otro cambio relevante en la conducta de los consumidores ha sido el aprovechar los sistemas de compra y distribución en línea.

Entre quienes prefieren no ir a las tiendas, la opción alterna son los servicios en línea.

"Estamos trabajando con nuestros socios comerciales y cadenas de restaurantes y comida rápida, que tienen capacidad instalada que se encuentra ociosa, para conjuntamente mejorar la oferta de entrega de pedidos que hace nuestra clientela" de forma digital, dijo en un comunicado Walmart de México, filial de la cadena de supermercados estadounidense Walmart.

La cadena mexicana de supermercados ha dicho que pretende contratar a cinco mil 250 personas más para poder mejorar su oferta de servicio de selección y entrega en línea, una propuesta que contrasta con los despidos masivos que están teniendo que llevar a cabo algunos negocios ante la reducción de sus actividades por el confinamiento.

Otro elemento que también ha cambiado radicalmente en algunos de los supermercados de la capital del país, es la eliminación de los empacadores al final de las cajas registradoras.

Dado que la mayoría de esos empacadores son personas de la tercera edad, uno de los grupos más vulnerables al covid-19, las empresas minoristas optaron por enviarlos a casa para evitar su contagio.

El viernes 20 de marzo fue, por ejemplo, el último día que en que los empacadores laboraron.

Claro que, en el caso de los empacadores, al no contar con un contrato laboral, muchos temían abandonar su única fuente de ingreso --las propinas de sus clientes.

Algunas empresas encontraron formas para solventar las necesidades de ellos. Walmart de México, por ejemplo, decidió que los empacadores recibieran una ayuda directa de la empresa; mientras que Soriana colocó botes en las cajas para que los clientes siguieran dando propina a los empacadores ahora ausentes, con el fin de no sólo hacerles llegar esos ingresos, sino incluso duplicarlos.

(En esta historia contribuyó Eduardo García).