A continuación, el equipo de Bit2Me comparte algunas lecturas sobre el rol de Bitcoin y las stablecoins para los residentes latinoamericanos, herramientas con las cuales enfrentan los fenómenos inflacionarios que sacuden a las economías locales.
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- El equipo de Bit2Me presentó una reflexión sobre el rol de Bitcoin y las stablecoins en Latinoamérica
- Califican a estos activos como herramientas para enfrentar la inflación
- Residentes en países como Argentina, Venezuela y Colombia emplean cada vez más estos activos
En particular, el Bitcoin y las stablecoins surgen como dos alternativas, con enfoques distintos y complementarios en la lucha contra la pérdida constante de poder adquisitivo y el alto valor que registran los productos y servicios en mercados golpeados por la inflación, la incertidumbre global y la devaluación de sus monedas locales.
En Colombia la inflación de junio registró una leve variación al alza. El más reciente informe presentado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, mostró que el índice de precios subió un 0,32% con respecto a junio de 2023.
Si bien este porcentaje luce muy bajo muestra una tendencia alcista constante y que no se detiene. Pues la variación año corrido alcanzó el 4,12 % y la anual el 7,18 %, respectivamente. Un comportamiento que los inversionistas han detectado y por eso buscan alternativas que les permitan tener un manejo más competitivo del dinero.
“Inversionistas, comerciantes y consumidores se enfrentan a restricciones de capital y a la devaluación de sus monedas locales, por ello han recurrido al Bitcoin como una alternativa más estable para transacciones y ahorros. Además, su naturaleza descentralizada elimina la necesidad de intermediarios financieros, permite transacciones directas entre usuarios, lo cual es un atractivo adicional en regiones con sistemas bancarios restrictivos e inestables”, explica Javier Pastor, director de relaciones institucionales de Bit2Me.
Un refugio seguro El Bitcoin, conocido popularmente como “oro digital”, debido a su potencial para actuar como un activo refugio en tiempos de crisis financiera, a diferencia de las monedas fiduciarias (estatales, como el peso colombiano, dólar o euro), que pueden devaluarse rápidamente debido a políticas monetarias expansivas y mala gestión política; tiene un suministro limitado e inmutable de 21 millones de unidades divididos en 8 decimales, que puede protegerlo contra la inflación o la confiscación.
Y es justamente en países de la región como Venezuela y Argentina, donde las tasas de inflación han alcanzado niveles críticos, donde el Bitcoin ha ganado popularidad no solo como una forma de inversión, sino también como un medio de intercambio.
A su vez, Colombia cuenta con un mercado en alza de las remesas y la devaluación de la moneda, lo que provocó un entorno favorecedor para las criptos, y como resultado, en 2023 logró el puesto 32 en el Índice de Adopción Global de Criptomonedas. Según la firma Chainanalysis, el país parece confiar en la infraestructura, aunque todavía está influenciado por la incertidumbre de las políticas del Gobierno Nacional actual.
Stablecoins: Sinónimo de estabilidad y practicidad Por otro lado, las stablecoins ofrecen una enorme ventaja en la lucha contra la inflación. Estas criptomonedas están vinculadas a activos “estables” como el dólar estadounidense, el euro, o incluso el oro, les permite mantener una paridad constante con respecto a estos activos financieros. Esto las convierte en una opción atractiva para aquellos que buscan evitar la volatilidad típica de criptomonedas como el Bitcoin, pero que aún desean disfrutar de los beneficios de la tecnología, como la rapidez en las transacciones, independencia de terceros y la reducción de costos operativos.
“En Latinoamérica, donde el acceso a divisas fuertes puede estar limitado por políticas gubernamentales, las stablecoins permiten a los usuarios y empresas gestionar sus finanzas con una moneda que mantiene un valor estable y que es predecible. Además, facilitan el comercio electrónico transfronterizo, ofreciendo a las empresas locales la oportunidad de participar en mercados globales sin preocuparse por la fluctuación de su moneda local”, explica Pastor.
Pero este panorama se ve mitigado, en ocasiones, por la complejidad percibida para lograr una adopción adecuada de los activos digitales. Por ello, plataformas como Bit2Me abordan este problema proporcionando interfaces amigables y procesos simplificados que permiten a los usuarios comprar, vender, almacenar y gestionar criptomonedas de manera eficiente.
En Colombia la fortaleza y trayectoria del sistema financiero tradicional han frenado dicha adopción a pesar de que la bancarización en el país es del 56,2%, según cifras del Banco Mundial y nuestra nación ocupa el décimo lugar en este índice, lo cual indica que el proceso de democratización de las criptomonedas tiene un gran camino por recorrer y potencial de expansión.
“Actores formales y bien establecidos en el mercado de criptomonedas, como Bit2Me, fomentan y facilitan el desarrollo de un marco regulatorio adecuado. Bit2Me colabora con reguladores y supervisores para garantizar que las leyes y normativas fomenten la innovación mientras protegen a los consumidores”, puntualiza Pastor.
No queda duda que en Latinoamérica, el Bitcoin y las stablecoins están transformando el panorama financiero al ofrecer alternativas seguras y estables frente a la inflación y la volatilidad económica, donde exchanges y empresas del sector son cruciales, no solo por facilitar el acceso y la adopción de estas tecnologías mediante plataformas amigables y educativas, sino también por colaborar con reguladores para crear un marco legal que proteja a los usuarios y fomente la innovación para que estos activos digitales puedan jugar un papel vital en la prosperidad y crecimiento económicas.
Texto compartido por el equipo de Bit2Me
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