La mayoría de las organizaciones de cripto han tratando de integrar activos digitales con el sistema financiero existente. Ripple ha sido un excelente ejemplo de este proceso, con múltiples alianzas con los principales bancos y otros organismos habilitados para fiat.
La afiliación de Ripple con XRP, la tercera criptomoneda más grande del mercado, se refleja en el enfoque de las transacciones internacionales y en la creación de un sistema de pagos global fácil.