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BUENOS AIRES, 16 mar (Reuters) - La Cámara de Diputados de Argentina aprobó el miércoles el acuerdo que el Gobierno cerró en febrero con acreedores de deuda impaga, dando el puntapié inicial para el retorno del país a los mercados financieros internacionales tras casi 15 años.
El proyecto de ley enviado por el presidente Mauricio Macri al Congreso fue aprobado tras 20 horas de debate por 165 votos a favor y 86 en contra, gracias al apoyo de legisladores de la oposición moderada, con la que debió negociar el oficialismo al no contar con la mayoría en la Cámara de Diputados.
"Tuvimos la buena voluntad de acceder a la agenda del Gobierno y su urgencia (...) El Gobierno lo que tiene es un instrumento, y esperamos que a partir de este instrumento se anime ahora a discutir los temas que nosotros consideramos fundamentales", dijo tras la votación el diputado opositor Sergio Massa, del peronismo disidente.
Massa mencionó la inflación, las bajas pensiones y el impuesto que grava a los salarios como sus prioridades.
El Gobierno alcanzó el mes pasado, en la corte del juez estadounidense Thomas Griesa, un acuerdo por 4.653 millones de dólares con sus acreedores impagos más importantes.
El Ministerio de Economía prevé emitir bonos por hasta 11.684 millones de dólares para pagar a la totalidad de los bonistas que podrían sumarse a los acuerdos ya alcanzados. convertirse en ley y que el país pueda cumplir con el pago antes del 14 de abril -fecha límite fijada por la Justicia de Estados Unidos-, el Senado debe aprobar el proyecto, que da luz verde al trato con los fondos conocidos como "buitres" y deroga dos leyes que impiden el pago de deuda en default.
El presidente provisorio del Senado, el oficialista Federico Pinedo, dijo a medios locales que espera que esa cámara trate el proyecto de ley en la última semana de marzo.
A modo de presión hacia los legisladores, Macri señaló el fin de semana que si el Parlamento no aprueba el proyecto el país se encaminaría a un ajuste o a una hiperinflación, ya que dejaría de recibir los capitales que necesita para impulsar una economía estancada.
Los críticos del pacto argumentan que los pagos a los bonistas implicarán un fuerte endeudamiento y abrirán la puerta a nuevos litigios legales por parte de quienes aceptaron años antes una reestructuración de deuda con términos menos favorables.
Los "holdouts" habían rechazado dos reestructuraciones de deuda ofrecidas por Argentina en 2005 y 2010, luego del default récord de 100.000 millones de dólares declarado en el 2002.
Pero muchos acreedores que habían aceptado los canjes de deuda no han podido recibir pagos tras un segundo incumplimiento en el 2014 como resultado de un fallo de Griesa, que impide que Buenos Aires cumpla si no cancela al mismo tiempo a los "holdouts". (Reporte de Nicolás Misculin y Gabriel Burín, editado por Gabriela Donoso)