En un movimiento que impacta en el panorama financiero del Reino Unido, el Banco de Inglaterra ha decidido mantener los tipos de interés en el 5,0% a partir del jueves. La decisión, respaldada por 8 votos a favor y 1 en contra del Comité de Política Monetaria (CPM), llega tras el recorte de tipos del mes pasado, que supuso la primera reducción desde 2020. Swati Dhingra, miembro externo del CPM, votó en solitario a favor de un nuevo recorte de tipos de un cuarto de punto.
Este anuncio se produce después de que el miércoles la Reserva Federal de Estados Unidos recortara los tipos más de lo previsto, en 0,5 puntos porcentuales, lo que indica confianza en que las presiones inflacionistas estaban remitiendo.
Sin embargo, el Banco de Inglaterra (BoE) ha adoptado un enfoque más cauto. Su gobernador, Andrew Bailey, ha subrayado la importancia de recortar los tipos gradualmente para garantizar que la inflación se mantenga baja: "Pero es vital que la inflación se mantenga baja, por lo que debemos tener cuidado de no recortar demasiado rápido ni en exceso."
El BoE también ha optado por continuar con su programa de endurecimiento cuantitativo (QT), con el objetivo de reducir su stock de deuda pública británica en otros 100.000 millones de libras en los próximos 12 meses, a partir de octubre de 2024.
Esta decisión, votada por unanimidad por el Comité de Política Monetaria, se ajusta a las expectativas del mercado y mantiene el ritmo establecido el año anterior. El programa consiste en dejar que los bonos del Estado, o gilts, venzan sin reinversión y venderlos activamente.
La iniciativa QT forma parte de la estrategia del BoE para gestionar el tamaño de sus tenencias de bonos y conservar la capacidad de responder eficazmente en futuras recesiones económicas. A pesar de algunas críticas de inversores y legisladores sobre las posibles pérdidas financieras asociadas a la QT, el BoE sostiene que el proceso sólo tiene un efecto "modesto" sobre la orientación general de la política monetaria y es necesario para evitar un aumento continuo de sus tenencias de bonos.
Los inversores habían anticipado anteriormente que la reducción del tipo de interés bancario por parte del BdE sería más lenta que la de la Reserva Federal estadounidense durante el próximo año, debido a una presión inflacionista más persistente en el Reino Unido. El BoE prevé ahora que la inflación anual de los precios al consumo se sitúe en torno al 2,5% a finales de año, lo que supone un ligero descenso respecto al 2,75% previsto anteriormente, debido en parte a la bajada de los precios del petróleo.
El programa QT en curso del banco central británico y las decisiones sobre los tipos de interés son seguidos de cerca por los mercados y tienen implicaciones significativas para las finanzas del gobierno, especialmente de cara al próximo anuncio presupuestario del 30 de octubre.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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