El Banco de Japón (BOJ) se prepara para una serie de subidas de los tipos de interés, ya que considera que ha superado el antiguo problema de la deflación. Este giro supone un cambio significativo respecto a las agresivas políticas de estímulo monetario aplicadas bajo el mandato del anterior gobernador, Haruhiko Kuroda.
La revisión del banco central, dirigida por el actual gobernador Kazuo Ueda, ha examinado los efectos de la relajación monetaria de los últimos 25 años y se considera un giro hacia una política más convencional orientada a los tipos de interés a corto plazo.
Aunque el BOJ ha declarado que esta revisión no implica futuras decisiones políticas, analistas y fuentes cercanas al banco sugieren que se utilizará para justificar un aumento de los actuales tipos de interés cercanos a cero. La revisión apunta a un cambio de paradigma en el planteamiento del BOJ sobre la inflación, indicando que la economía japonesa podría soportar tipos más altos.
El ex funcionario del BOJ Nobuyasu Atago, ahora economista jefe del Instituto de Investigación Económica de Rakuten (TYO:4755) Securities, mencionó que el BOJ prevé que la inflación alcance de forma sostenible el 2% en los próximos años, condición necesaria para subir los tipos.
Esta expectativa se ve respaldada por la percepción de que la mentalidad deflacionista de Japón ha evolucionado, como destacó el vicegobernador Shinichi Uchida en un discurso pronunciado el 27 de mayo.
A diferencia del infructuoso intento de alcanzar el objetivo de inflación del 2% en dos años mediante el estímulo "bazuca" de Kuroda en 2013, factores externos como la pandemia y el conflicto en Ucrania han contribuido a mantener la inflación por encima del 2% durante más de dos años. Estos acontecimientos han provocado un aumento de los costes de importación y un cambio en el comportamiento de los consumidores y las empresas respecto a las expectativas de precios y salarios.
El mercado laboral japonés también ha experimentado cambios estructurales, y las empresas ofrecen ahora importantes aumentos salariales debido a la escasez de mano de obra provocada por el envejecimiento de la población. La inflación subyacente alcanzó el 2,6% en junio, y a las empresas les resulta más fácil subir los precios, según Yoshiki Shinke, economista jefe del Instituto de Investigación Dai-ichi Life (TYO:8750).
A pesar de estos cambios, la revisión del Banco de Japón no conllevará cambios en el objetivo de inflación del 2% ni en el marco político. Sin embargo, sí indica la intención del banco de fijar los tipos a corto plazo en un nivel que ni obstaculice ni estimule el crecimiento, que los analistas estiman entre el 0,5% y el 1,5%.
Ya se han dado a conocer algunas conclusiones de la revisión, que se publicará íntegramente a finales de este año. Una encuesta realizada en mayo a 2.509 empresas reveló la preferencia por una economía con precios y salarios al alza frente a otra estancada. Esto sugiere que Japón avanza hacia un ciclo en el que la subida de los precios conduce a un aumento de los salarios, lo que es esencial para las subidas de tipos.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.