Investing.com.- Como buena tragedia griega, lo que está sucediendo en Atenas tiene pendientes de la actualidad a prácticamente todo el planeta. No contentos con anunciar un referéndum para este domingo y habiendo dejado entrever que no pensaban pagar ayer martes (cosa que no sucedió), el gobierno de Alexis Tsipras lanzaba un último órdago a sus acreedores, demandando un nuevo rescate, una ampliación del programa actual y un alivio de la deuda, condiciones indispensables, según él, para cerrar un acuerdo.
Pero Europa no da su brazo a torcer, ni está dispuesta a que le tomen el pelo. Los socios de Atenas no ven posible una prórroga y han decidido esperar a la votación del fin de semana antes de retomar las negociaciones en vista de un posible nuevo rescate. Los ministros de finanzas de la zona euro, convocados en una reunión telefónica de urgencia, rechazaron al unísono las demandas griegas, y no quisieron dar ninguna concesión. Varoufakis propuso incluso la retirada del referéndum a cambio de un sí, pero ni con esas consiguió ningún resultado a su favor.
El Eurogrupo se reunirá de nuevo hoy para estudiar esta última propuesta, aunque insisten en que no habrá nuevos movimientos hasta, como mínimo, el domingo. Mientras tanto, la supervivencia económica griega pende de un hilo: el segundo rescate ya ha expirado, los bancos permanecen cerrados y, lo más importante de todo, la confianza de los acreedores se ha desvanecido. El único que todavía no les ha cerrado el grifo es el BCE, pero que no tienen a la suerte.