El gobierno laborista del Reino Unido, dirigido por la ministra de Economía Rachel Reeves, estudia una subida de impuestos de 20.000 millones de libras para evitar recortes en los servicios públicos. Esta medida forma parte del próximo presupuesto fijado para el 30 de octubre. La Resolution Foundation, un destacado think tank, sugiere que esta subida de impuestos es necesaria para mantener los niveles de servicio sin reducir el gasto en términos reales.
La Fundación recomienda que el Gobierno adopte una nueva regla fiscal que evalúe la deuda pública de forma diferente, lo que podría proporcionar más flexibilidad para las inversiones a largo plazo. James Smith, director de investigación de la Fundación, subrayó la importancia de un nuevo planteamiento fiscal que permita importantes programas de inversión de capital.
Para equilibrar el patrimonio neto del sector público, el think tank aconseja redefinir la deuda de modo que incluya el valor de una amplia gama de activos públicos frente a los préstamos anteriores. Esta redefinición podría crear espacio para 50.000 millones de libras adicionales en fondos de inversión.
La necesidad de ajustes fiscales llega después de que las cifras oficiales indicaran una ligera expansión económica del 0,2% en agosto, tras dos meses de estancamiento. Sin embargo, las encuestas han mostrado una caída de la confianza empresarial y de los consumidores, en parte debido a la preocupación por posibles subidas de impuestos.
A principios de semana, el Instituto de Estudios Fiscales estimó necesaria una subida de impuestos de 25.000 millones de libras para aliviar la presión sobre los servicios públicos desde el último presupuesto del gobierno conservador del ex Primer Ministro Rishi Sunak.
Reeves ha reconocido un déficit de 22.000 millones de libras en las finanzas públicas dejado por los conservadores y ha señalado que algunos impuestos aumentarán inevitablemente. La Resolution Foundation esbozó posibles fuentes de ingresos, entre ellas la supresión de las exenciones del impuesto de sucesiones, el aumento del impuesto sobre las plusvalías y la aplicación a los trabajadores de una tasa de seguridad social sobre las cotizaciones patronales a las pensiones.
Los laboristas se han comprometido a proteger a los "trabajadores" de las subidas de impuestos, descartando aumentos de los tipos principales del impuesto sobre la renta, el impuesto sobre el valor añadido, la Seguridad Social y el impuesto de sociedades, que en conjunto suponen alrededor de tres cuartas partes de los ingresos fiscales actuales.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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