Por Anthony Esposito
BUENOS AIRES, 2 jun (Reuters) - Desde que asumió la presidencia argentina en diciembre, Mauricio Macri ha respondido a una gran cantidad de reformas que el sector de manufacturas demandaban desde hace años: levantar severos controles de capital, moderar las restricciones a la importación y liberar el acceso a divisas.
Pero sus políticas aún no han generado una recuperación de la industria. El optimismo inicial por el nuevo Gobierno de centroderecha ha chocado con la dura realidad de una elevada inflación que no retrocede, una economía que se encamina a la recesión y un incremento del desempleo.
"A partir de octubre del año pasado empezó a bajar el trabajo. Estábamos vendiendo entre 28.000 y 30.000 pares (de zapatos) por mes y de golpe empezó a venir 18.000. Nos pareció que pudo haber sido el semestre, pero seguimos (así) hasta la fecha", dijo Jorge Boris, socio de una fábrica de calzado de seguridad que se usa en la construcción y otras industrias.
Su compañía, Boris Hnos tiene 70 empleados y no es la única en esa situación. La producción industrial de Argentina se contrajo un 6,7 por ciento interanual en abril, dijo esta semana el ente de estadística Indec. La caída fue mayor a la esperada. ID:nL1N18S1GU
Impulsar la producción manufacturera y reactivar la economía son puntos clave para el futuro político de Macri.
El presidente prometió revertir las políticas de intervención sobre la economía de su predecesora, Cristina Fernández, pero si ello no se manifiesta en crecimiento Macri podría enfrentar duras protestas laborales y una oposición más dura en el Congreso.
"Por ahora todavía no notamos un cambio con este Gobierno. (...) La situación económica del país está mal. La gente tiene menos poder adquisitivo, pero también las empresas andan mal", dijo Boris.
Las políticas de apertura económica de Macri han sido celebradas por los inversores, pero también han incrementado la pobreza: La devaluación disparó la inflación, el Gobierno elevó las tarifas de servicios públicos y redujo subsidios a los consumos de gas, electricidad y agua. así, dicen los industriales, finalmente pueden importar los insumos que necesitan. Durante el gobierno de Fernández, severas restricciones a la importación dificultaron la compra de componentes clave e interrumpieron líneas de producción de las fábricas.
"De diciembre a la fecha no hemos tenido problemas de importación, sea tanto de vehículos terminados como autopartes", dijo a Reuters un directivo de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), quien pidió no ser identificado.
Pero eso de poco sirve si la demanda es escasa. A los problemas económicos locales se suma una grave recesión del mayor socio comercial del país, Brasil, que es el destino de casi la mitad de las exportaciones industriales de Argentina.
"Ya el problema no pasa por (acceder a) dólares o por un régimen simplificado de importación de autopartes, sino que pasa por una cuestión de actividad, de dónde colocar hoy la producción", explicó el ejecutivo de Adefa.
En el primer trimestre del año, la producción de vehículos de Argentina se hundió un 18 por ciento interanual.
Los fabricantes de autos respondieron buscando nuevos mercados, como Colombia. considerando que la mitad de los vehículos producidos en Argentina son enviados a Brasil, los nuevos mercados solo compensarían parcialmente la caída de las ventas, de modo que el sector automotor espera terminar el año sin crecimiento, dijo la fuente de Adefa.
LUZ AL FINAL DEL TÚNEL
Macri augura que el retorno de Argentina a los mercados globales de deuda, tras la resolución de una batalla judicial de más de una década con acreedores 'holdouts', ayudará a atraer una ola de inversiones extranjeras. su vez, muchos dueños de negocios siguen siendo optimistas para el largo plazo y afirman que las políticas de Macri han creado una mayor transparencia para las decisiones de inversión.
"El sector privado tiene diálogo permanente con el sector público. (Eso) te permite planificar tus compras en mercados alejados de nuestro país", dijo Ruben Oscar García, secretario de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA).
Las pequeñas y medianas compañías, que conforman una parte importante del sector manufacturero, se guían por "expectativas y estados de ánimo" a la hora de tomar decisiones de inversión, dijo Jorge Göttert, presidente de Cámara Argentina de la Máquina Herramienta y Tecnologías para la Producción (Carmahe).
"Allí hubo un cambio radical. Todas las políticas que han salido en estas últimas semanas han ido en el sentido de lo que los industriales necesitábamos", dijo Göttert, que prevé una recuperación de la economía argentina en el segundo semestre y una gran expansión en 2017.
Pero no todos coinciden en que la actividad repuntará este año.
"Macri está haciendo muchas cosas buenas y es correcto ser optimista respecto del mediano plazo. Pero los recortes más duros sobre gastos de asistencia social, que serán necesarios para bajar el déficit fiscal, aún no se han implementado", dijo Edward Glossop, economista de mercados emergentes de Capital Economics.
"En todo caso, nosotros esperaríamos una segunda mitad del año más débil que la primera, no más robusta", señaló. (Traducido por Maximiliano Rizzi; Editado en español por Javier López de Lérida)