Investing.com – El Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC) ha decido hoy mantener sin cambios los tipos de interés de referencia en Estados Unidos entre el 0,25% y el 0,5%, según ha anunciado hoy la autoridad monetaria.
De este modo, el banco central estadounidense opta por cumplir con el guion previsto por los analistas y habrá que esperar por lo menos a la próxima reunión, dentro de seis semanas, para saber si la Reserva Federal comienza a endurecer su política monetaria. Y de hecho, el comunicado de hoy aumenta las expectativas de que el alza de tasas se produzca en la cita de junio, al haber sustituido en su discurso la constatación de que "la evolución económica y financiera global sigue representando riesgos" por la afirmación de que el organismo va a "observar de cerca" esa evolución.
En los primeros instantes tras conocerse la decisión tomada tras dos días de reunión, S&P 500 y Dow Jones se encaramaban rápidamente a máximos se la sesión.
Tras prácticamente una década de dinero a coste, la Fed optó por mover ficha y elevar un cuarto de punto la horquilla de los tipos de directores en su reunión de diciembre de 2015. En aquel encuentro, el banco de bancos estadounidenses también proclamó su intención de afrontar cuatro nuevas subidas de tipos a lo largo del presente año.
Sin embargo, el fantasma de la ralentización económica global, así como el desplome de las materias primas, entre otros factores, acabaron por convencer a los miembros del comité de política monetaria de la Fed de rebajar las expectativas de subidas de tipos para este 2016.
Esta visión más acomodaticia de la política monetaria estadounidense estaría más en línea con las decisiones adoptadas por sus homólogos europeos y asiáticos. La pasada semana, el propio Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), advertía de que la política de tipos bajos había llegado para quedarse una larga temporada en Europa, prolongando su vigencia en el más allá de la finalización del programa de estímulo económico puesto en marcha el pasado año.
Por su parte, a finales de la pasada semana, desde Asia llegaban rumores de que el Banco de Japón (BoJ) podría estudiar la posibilidad de aplicar incluso tipos negativos en su programa de préstamos a las instituciones financieras, lo que supondría pagar a los bancos por sus operaciones de financiación.