Los mercados bursátiles asiáticos experimentaron una subida el martes, con las acciones japonesas liderando las ganancias gracias a la estabilidad del yen. Los inversores están a la espera de una serie de próximos informes económicos estadounidenses, entre ellos los datos de inflación, que se espera que aporten datos sobre la orientación de la política de la Reserva Federal. Esto se produce tras la volatilidad de los mercados de la semana pasada.
Los precios del petróleo registraron un ligero descenso en las primeras operaciones, tras una subida del 3% en la sesión anterior. La atención del mercado se centra en la escalada del conflicto en Oriente Próximo, que puede limitar el suministro mundial de crudo. Mientras tanto, la demanda de activos refugio ha provocado un aumento de los precios del oro.
El Nikkei japonés subió más de un 2% en las primeras operaciones tras el cierre del mercado el lunes. Este repunte proporcionó una sensación de alivio tras las dramáticas fluctuaciones del mercado de la semana pasada, provocadas inicialmente por el fortalecimiento del yen y la preocupación por una posible recesión en Estados Unidos.
El índice MSCI más amplio de acciones de Asia-Pacífico fuera de Japón registró una modesta subida, alcanzando los 556,19 puntos. Las acciones chinas se mantuvieron relativamente sin cambios, al igual que el índice Hang Seng de Hong Kong.
Viktor Shvets, responsable de estrategia global de Macquarie Capital, comentó que, a pesar del reciente nerviosismo de los mercados, la volatilidad debería considerarse una perturbación menor y no una crisis grave. También opinó que la preocupación por una ralentización de la economía estadounidense es exagerada.
Karsten Junius, Economista Jefe del Bank J. Safra Sarasin, señaló que la reciente apreciación del yen lo ha situado más en línea con su diferencial de rendimiento. Predice que, aunque el yen puede seguir subiendo hacia finales de año, es improbable que caiga significativamente por debajo de 140 frente al dólar.
Esta semana, la atención de los inversores se centra en los próximos datos económicos de Estados Unidos, que ayudarán a aclarar las próximas medidas de la Reserva Federal. Actualmente, el mercado está dividido sobre si la Fed aplicará un recorte de 25 puntos básicos o de 50 puntos básicos en su próxima reunión de septiembre. Los operadores prevén un total de 100 puntos básicos en recortes de tipos para este año.
Los débiles datos de nóminas de la semana pasada avivaron la preocupación por una recesión en EE.UU., lo que provocó una caída del mercado. Sin embargo, al final de la semana, unos datos estadounidenses más sólidos ayudaron a mitigar los temores a una desaceleración económica mundial, lo que se tradujo en una recuperación de las cotizaciones bursátiles.
Es probable que los mercados reaccionen a los datos de los precios de producción estadounidenses de julio, cuya publicación está prevista para hoy, ya que esta información influye en el índice de gastos de consumo personal subyacente (PCE), que la Reserva Federal sigue de cerca.
Kristina Clifton, economista sénior del Commonwealth Bank of Australia, sugirió que cualquier indicio de debilidad de la presión inflacionista podría reforzar las expectativas de que la Fed reducirá significativamente los tipos de interés este año, lo que podría repercutir en el dólar.
El miércoles se esperan otros indicadores económicos, como los datos del índice de precios al consumo estadounidense de julio, que se prevé que muestren un ligero aumento de la inflación. El jueves se publicarán las ventas minoristas.
Reuters ha colaborado en la elaboración de este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.