En un esfuerzo por vigorizar el crecimiento económico de China, un asesor del banco central ha abogado por aumentar las medidas de estímulo fiscal y establecer un objetivo firme de inflación.
Huang Yiping, asesor político del Banco Popular de China (PBOC) y destacado economista chino, hizo hincapié en la urgencia de ejecutar con prontitud el gasto fiscal previsto. Sus opiniones se compartieron en un artículo publicado por la Escuela Nacional de Desarrollo de la Universidad de Pekín en su cuenta de Wechat.
Los dirigentes chinos ya han indicado un cambio en el apoyo fiscal hacia el fomento del consumo para el resto del año. Esto incluye planes para mejorar los ingresos y el bienestar social y para financiar el comercio de bienes de consumo a través de bonos del Estado. Huang, que también dirige la Escuela Nacional de Desarrollo, advirtió de que unas políticas demasiado cautelosas del banco central y el ministerio de Hacienda encaminadas a mantener la estabilidad política podrían poner en peligro, en última instancia, la estabilidad económica.
Los comentarios del asesor se producen en un momento en que China se enfrenta a un crecimiento económico más lento de lo previsto, con una expansión en el segundo trimestre de sólo el 4,7%. El Gobierno ha fijado un objetivo de crecimiento en torno al 5% para 2024. Sin embargo, la economía se enfrenta a riesgos deflacionistas, como demuestran la debilidad de las ventas al por menor y las importaciones, frente a la fortaleza de la producción industrial y las exportaciones.
Para contrarrestar estos retos, Huang sugirió que los responsables políticos priorizaran el consumo sobre la inversión y aplicaran medidas para facilitar el asentamiento de más trabajadores inmigrantes en las ciudades y proporcionar ayudas en efectivo a los residentes. Además, propuso que el gobierno estableciera un objetivo "rígido" de inflación anual al consumo del 2%-3% y diera la misma importancia al logro de una inflación moderada que al crecimiento económico.
La llamada a la acción de Huang refleja la preocupación por la "trampa de la baja inflación", que en su opinión podría tener graves consecuencias si no se aborda. China ha perseguido históricamente un objetivo de inflación en torno al 3%, pero en los últimos años se ha observado un importante déficit en el aumento real de los precios. Los economistas sostienen que una inflación persistentemente baja puede obstaculizar la actividad económica y complicar los esfuerzos por estimular el crecimiento.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.