El Banco de Japón (BOJ) ha indicado a través de su responsable de política monetaria, Junko Nakagawa, que está dispuesto a subir los tipos de interés si la evolución de la inflación se ajusta a sus previsiones. Las declaraciones de Nakagawa se producen a pesar de la reciente volatilidad de los mercados y subrayan el compromiso del banco central con un aumento gradual de los costes de endeudamiento.
Sus declaraciones, realizadas durante un discurso pronunciado hoy ante líderes empresariales en el norte de Japón, han contribuido al fortalecimiento del yen frente al dólar, que experimentó una caída de más del 1%, alcanzando su punto más bajo desde el 28 de diciembre.
La apreciación del yen también se vio influida por el reciente debate presidencial estadounidense. Nakagawa hizo hincapié en la necesidad de ajustar el nivel de apoyo monetario para alcanzar de forma sostenible el objetivo de inflación del 2% fijado por el Banco de Japón, siempre que se cumplan las previsiones económicas y de precios. La inflación subyacente al consumo en Japón registró un aumento del 2,7% en julio, lo que supone 28 meses consecutivos por encima del objetivo del 2%.
Esta evolución se produce tras los comentarios de la semana pasada de Hajime Takata, miembro del consejo de política monetaria del BOJ, quien abogó por seguir subiendo los tipos pero con cautela para evitar que la inestabilidad del mercado afecte negativamente a las empresas. A pesar de las expectativas de que los tipos se mantengan sin cambios en la próxima reunión del BOJ del 20 de septiembre, una encuesta realizada por Reuters entre economistas el mes pasado sugería la probabilidad de un nuevo endurecimiento a finales de año.
Nakagawa, que habló tras reunirse con líderes empresariales, reconoció la actual inestabilidad del mercado y declaró que no tiene una opinión predeterminada sobre el calendario y el ritmo de las futuras subidas de tipos.
El Banco de Japón abandonó los tipos de interés negativos en marzo y elevó su objetivo de tipos a corto plazo al 0,25% en julio, lo que supuso un cambio significativo respecto a un programa de estímulo prolongado.
La subida de tipos de julio y los débiles datos de empleo de EE.UU. a principios de agosto contribuyeron a la subida del yen y a la caída de las cotizaciones bursátiles mundiales. A pesar de estos movimientos, Nakagawa señaló que los fundamentos económicos de Japón siguen siendo sólidos. Señaló que el banco central debe revisar la evolución del mercado después de julio y evaluar su impacto económico.
La economía japonesa creció un 2,9% anualizado en el periodo abril-junio, con aumentos salariales que apoyaron el gasto de los consumidores y el crecimiento de los gastos de capital. Sin embargo, la débil demanda de China y la ralentización del crecimiento de EE.UU. plantean retos para la economía japonesa, dependiente de las exportaciones.
Nakagawa también destacó la rigidez del mercado laboral y el aumento de los precios de importación como factores que podrían impulsar la inflación más allá de las expectativas, y subrayó la necesidad de vigilar la posibilidad de que el crecimiento salarial supere las previsiones.
Los mercados consideran que Nakagawa, antiguo presidente de Nomura Asset Management, mantiene una postura neutral sobre la política monetaria.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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