Los responsables políticos del Banco Central Europeo (BCE) no tienen previsto debatir la posibilidad de iniciar compras de bonos de emergencia para respaldar la deuda francesa, a pesar de las recientes turbulencias en los mercados. Esta decisión se produce en un momento en que Francia se enfrenta a la preocupación de los inversores por la posible elección de un gobierno de extrema derecha. Las fuentes del BCE, que han preferido permanecer en el anonimato debido al carácter delicado de la cuestión, han indicado que creen que es responsabilidad de los políticos franceses restaurar la confianza de los inversores comprometiéndose a aplicar políticas económicas sensatas.
La venta masiva de deuda pública francesa la semana pasada fue significativa, y la prima de riesgo respecto a los bonos alemanes aumentó bruscamente, un repunte que no se veía desde la crisis de deuda de la zona euro de 2011. Sin embargo, los responsables políticos no se han planteado activar el Instrumento de Protección de la Transmisión (IPT) del BCE, que permite comprar los bonos de un país bajo la presión del mercado, siempre que ese país se adhiera a las normas fiscales de la Unión Europea.
El ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, ha expresado su preocupación por la posibilidad de que la segunda economía de la eurozona se enfrente a una crisis financiera si la ultraderechista Agrupación Nacional, liderada por Marine Le Pen y que actualmente encabeza las encuestas, gana las próximas elecciones del 30 de junio y el 7 de julio. La Agrupación Nacional propone políticas como la reducción de la edad de jubilación estatal, la reducción de los precios de la energía y el aumento del gasto público, que han causado malestar entre los inversores.
La situación en Francia está siendo comparada por algunos gobernadores del BCE con la experiencia de Italia en el verano de 2022, cuando se esperaba que una coalición de centro-derecha liderada por Giorgia Meloni ganara las elecciones generales. Tras su victoria, Meloni moderó su postura hacia las instituciones europeas, un cambio que los gobernadores del BCE esperan que refleje Le Pen en caso de que su partido triunfe.
Tanto Italia como Francia superan actualmente los límites de déficit de la UE, lo que probablemente hará que la Unión Europea imponga restricciones presupuestarias más estrictas. A pesar de ello, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha restado importancia a la regla fiscal a la hora de determinar la elegibilidad para el apoyo del TPI a principios de este año.
Al cierre del mercado del viernes, los inversores exigían una prima de 80 puntos básicos para prestar a Francia, con calificación AA, frente a Alemania, con triple A, a un plazo de 10 años. El diferencial entre Italia y Alemania, con calificación BBB, también se ha ampliado recientemente, pero se mantiene por debajo de los niveles máximos alcanzados en 2022.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.