12 ene (Reuters) - Tan pronto como el presidente Enrique Peña Nieto reveló, a través de un tuit, que las fuerzas de seguridad habían recapturado al hombre más buscado en el país, Joaquín "El Chapo" Guzmán, el viernes pasado, se desató el mayor pasatiempo de los mexicanos: la elaboración de teorías de conspiración.
Dado que al mismo tiempo que la Armada de México se enfrascaba en un violento tiroteo con las fuerzas de seguridad del narcotraficante, la moneda mexicana alcanzaba su nivel más débil en su historia, un precio cercano a 18 pesos por dólar, hubo muchas voces que señalaron que la detención de líder del Cártel de Sinaloa era tan sólo una acción del gobierno para distraer a los mexicanos de la devaluación del peso.
Desde trabajadores hasta ejecutivos repitieron en diversos círculos que no era coincidencia que los dos eventos estuviesen ocurriendo al mismo tiempo.
Nada más absurdo, dijeron analistas económicos y políticos.
"Definitivamente no estoy de acuerdo" con esa teoría, dijo Juan Carlos Alderete, subdirector de estrategia de tipo de cambio para el banco Banorte (MX:GFNORTEO) IXE. "Hay que ver de cerca qué es lo que está sucediendo en los mercados y ver que esta depreciación del peso no es exclusiva de nuestra divisa. . . [La caída] se explica en gran medida por toda la incertidumbre que existe respecto a la economía china, el petróleo y lo que pudiera suceder con la Fed hacia adelante".
Sin embargo, muchos insistieron en entrevistas en la calle que sí era un distractor aun cuando la caída del peso es algo que viene ocurriendo en los meses pasados y que muy probablemente persistirá hasta que los factores que mencionó Alderete que han provocado esa debilidad, se estabilicen o dejen de influir en los inversionistas.
La crítica más dura a los profesionales de las teorías de la conspiración provino del caricaturista del periódico Reforma, Calderón.
En su cartón del domingo, arremetió contra los comentarios que observó en las redes sociales, vía su teléfono móvil, y los cuales especulaban en torno a la detención de "El Chapo" como una acción para desviar la atención de lo que ocurría con el peso.
Ante eso, y considerando que quienes alentaban esas teorías afirmaban no eran "estúpidos" para dejarse engañar de las verdaderas intenciones gubernamentales, Calderón escribió en su caricatura adornada de sus muy distintivos dibujos:
"En el fondo, estos posteos revelan una conmovedora fe infantil en papá gobierno, pues lo siguen suponiendo omnipotente, capaz de controlar lo mismo divisas que delincuentes", dijo. "Con respecto a la pregunta, ¿creen que somos idiotas? La respuesta es no, no lo creen. . . con comentarios así, lo constatan".
(Redacción Sentido Común)