por Gloria García Díaz
Infosel, octubre. 8.- Desde que México decidió abrir su economía al mundo a inicios de los noventa para atraer inversión extranjera y desde que las autoridades monetarias optaron por un régimen de libre flotación, prácticamente al mismo tiempo, el peso ha ganado relevancia como una de las monedas más intercambiadas del planeta.
La relevancia del peso a nivel mundial resultaba evidente cuando el tipo de cambio resentía eventos vinculados a otras economías que tenían poca o nula relación económica con el país.
Eso ocurrió, por ejemplo, cuando los electores en el Reino Unido optaron, en un referéndum, por abandonar la Unión Europea en junio de 2016. Ese día el peso perdió 4.8% de su valor frente al dólar a pesar de que el intercambio comercial entre las dos naciones era y es reducido.
Así, aunque la moneda mexicana, y por ende México, no estuviese vinculado a naciones que enfrentasen situaciones complejas, como la del Reino Unido, el peso reflejaba los vaivenes internacionales por su fácil intercambio, lo que ha permitido a los inversionistas vender activos denominados en pesos para reducir su exposición a activos considerados como más riesgosos.
Las "mejores prácticas a nivel internacional en el manejo del régimen cambiario de libre flotación, así como del manejo de políticas cambiaria y monetaria en nuestro país" incrementó la demanda por pesos en el tiempo, escribió recientemente Gabriel Casillas, director general adjunto de análisis económico y bursátil del Grupo Financiero Banorte (MX:GFNORTEO) Ixe, en una columna publicada en el diario El Financiero.
Recientemente, sin embargo, el peso mexicano ha venido perdiendo relevancia en los rankings de las monedas más intercambiadas del mundo.
El tipo de cambio, de hecho, ya retrocedió cuatro posiciones en la lista de las monedas con mayor monto de transacciones, de acuerdo con el Banco Internacional de Pagos, o Bank for International Settlements (BIS), que estudia, cada tres años, los términos de los intercambios monetarios y comerciales en el mundo.
Así, de ocupar el lugar número 11 dentro de las 50 monedas más intercambiadas del mundo en 2016, el peso está ahora en el sitio 15 al ser ya superada por la corona noruega, el dólar de Singapur, el wong coreano y el dólar de Hong Kong.
Claro que como moneda emergente, el peso sigue siendo la segunda moneda más operada en esa categoría y sólo superada por el yuan chino.
Ahora bien para los especialistas, el descenso del peso en esos listados lo explican tres causas, vinculadas a eventos internos y externos, y que han minado gradualmente su atractivo y lo han alejado del octavo lugar que llegó ocupar hace seis años.
Una de las causas es que sencillamente mientras el peso logró incrementar los volúmenes de intercambio de 2016 a 2019, las otras monedas también lo hicieron, pero a un mayor ritmo.
Por ejemplo, en abril pasado, cuando BIS levantó su encuesta, el volumen de operación global del peso mexicano registró un aumento de 17% con respecto a la encuesta realizada tres años atrás, alcanzando incluso un monto promedio de operación diario de cerca de 114 mil millones de dólares.
Sin embargo, las otras monedas (corona, dólar Singapur, wong y dólar Hong Kong) crecieron a un ritmo mayor a 17%, lo que provocó que la moneda mexicana viera caer su participación de mercado en el volumen mundial de 1.9 a 1.7% en tres años.
Otra de las causas de la pérdida de atractivo del peso fue el alza que registraron las tasas de interés en México de abril de 2016 a abril de 2019.
El aumento hizo que resultara más caro usar al peso mexicano como una moneda proxy para adquirir activos con más riesgo, denominados en otras divisas. Así, uno de los resultados del incremento en las tasas, que pasaron de 3% en 2016 a 8.25% este año, fue que la moneda mexicana perdiera lustro para fondear operaciones más riesgosas.
En 2016, la tasa de interés "estaba más cerca del 3% que del 8% actual, entonces en ese momento se estaba operando más el peso porque muchos participantes del mercado usaban al peso para instrumentar muchas posiciones especulativas", dijo Casillas en una entrevista radiofónica sobre el tema con Heraldo Media Group. Una tasa de interés "tan baja con respecto a otros mercados [en aquel entonces] hacía que el peso fuera una divisa para especular".
Finalmente, la incertidumbre global que han ocasionado las políticas proteccionistas del presidente estadounidense Donald J. Trump, quien asumió el poder en enero de 2017, y el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea, junto con las dudas que han generado las políticas más estatistas y nacionalistas del presidente Andrés Manuel López Obrador, han también contribuido a reducir el interés en activos mexicanos, denominados en pesos.
Como resultado, el peso ha perdido terreno en los intercambios globales frente a otras monedas ante el incremento de la llamada "prima de riesgo", dijeron analistas de BBVA (MC:BBVA) Sovereign Bonds Research.
Claro que, pese a todo, la moneda mexicana continúa siendo una de las 15 más atractivas del mundo, además de que si no fuese por el impresionante despegue que ha tenido la economía china a lo largo de las últimas tres décadas, el peso ocuparía el sitio de honor dentro de las moneda emergentes.