(Repite nota transmitida el día anterior. Texto sin cambios)
Por Anthony Boadle y Maximiliano Rizzi
BRASILIA, 23 mayo (Reuters) - La llegada de un ministro de Relaciones Exteriores de discurso severo en Brasil marca un alejamiento de la diplomacia manejada ideológicamente, la cual aumentó las tensiones con Estados Unidos en la última década, hacia un mayor impulso para el comercio.
La primera visita al exterior de José Serra a Argentina el lunes se orientó a un llamado a la restauración del bloque aduanero Mercosur para que se centre en su propósito de un área de libre comercio, después de que la entrada de Venezuela en el 2012 lo convirtió en un foro para las políticas de izquierda.
Hay que trabajar para "lograr negociaciones más flexibles" que permitan al Mercosur concretar acuerdos bilaterales, dijo el diplomático en una rueda de prensa en Buenos Aires. El bloque está integrado por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay y Venezuela, más Bolivia y Chile como asociados.
"Nuestra estrategia es la de crear mecanismos que agilicen, faciliten y flexibilicen la posibilidad de negociación con terceros (...) Entonces vamos a invertir en la agilización y flexibilización", sostuvo.
Argentina, principal destino para los bienes manufacturados brasileños, es fundamental para Brasil dentro de su renovada activación comercial.
Respecto a las paralizadas negociaciones comerciales entre el bloque sudamericano y la Unión Europea (UE), afectadas por la crisis política en Brasil y la reticencia de Francia, afirmó: "No creo que haya nada tan crucial en los próximos seis meses" en esas tratativa. está sumido en una crisis política y en su peor recesión económica.
La presidenta Dilma Rousseff fue suspendida para enfrentar un juicio político y su reemplazo por el centrista Michel Temer ha impulsado el péndulo político más hacia el centro en América del Sur.
"Lo que ocurrió (recientemente en Brasil) es un proceso traumático pero absolutamente dentro de la legalidad y la Constitución (...) El país vive la más perfecta normalidad democrática", afirmó el canciller desde Argentina.
En su primer discurso como ministro la semana pasada, Serra dijo que "la diplomacia volverá a reflejar los valores de la sociedad brasileña y el interés de su economía, y ya no estará al servicio de las preferencias ideológicas de un partido político y sus aliados en el extranjero".
Su primera medida fue criticar con fuerza a Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua por interferir en los asuntos brasileños luego de que calificaron la suspensión de Rousseff como un "golpe de Estado" ilegal. EL COMERCIO PONE SU ÉXITO
Serra, de 74 años, es un senador prominente al que le gustaría usar su puesto ministerial como un trampolín para una tercera candidatura a la presidencia. Su éxito puede depender de que cumpla su promesa de abrir nuevos mercados de exportación para la debilitada economía brasileña.
Su ministerio ha recibido una mayor autoridad para negociar acuerdos comerciales. Serra planea aumentar el comercio con mercados tradicionales como Estados Unidos y la Unión Europea, así como otros más recientes como China, que rápidamente se ha convertido en el mayor mercado de exportación para Brasil.
Las relaciones entre Washington y Brasilia se enfriaron durante el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), quien priorizó las relaciones Sur-Sur pero también elevó el perfil internacional de Brasil mientras su economía crecía.
Rousseff, su sucesora, fue menos rígida pero los lazos con Estados Unidos quedaron dañados en 2013 por reportes de espionaje estadounidense sobre Brasil, lo que la llevó a cancelar una visita de Estado a Washington.
Serra dijo que mejorar las relaciones con Estados Unidos era inevitable y que esto dependerá de aliviar las barreras comerciales entre las dos mayores economías de América. (Reporte de Anthony Boadle; Reporte adicional de Alexandra Ulmer en Caracas, Maximiliano Rizzi y Jorge Otaola en Buenos Aires; Editado en español por Carlos Aliaga y Lucila Sigal)