Asela Viar
México, 20 nov (EFE).- Frente a la crisis económica, la irrupción del libro electrónico y los nuevos modelos de negocio, la industria editorial iberoamericana busca fortalecer lazos para hacer frente de forma conjunta a una época de "transición", según varios expertos.
"Debemos reflexionar para tener visiones amplias globales de lo que es la cultura iberoamericana y poder competir como región en todo el mundo", aseguró a Efe Carlos Anaya, coordinador general del IX Congreso Iberoamericano de Editores, que comienza mañana en la capital mexicana.
La cita, a la que se prevé acudan más de 150 editores, tiene lugar unos días antes de que el próximo sábado comience la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la mayor del mundo en español y la más importante para profesionales del libro.
Con la crisis económica de España y Portugal como telón de fondo, el experto aseguró que Iberoamérica puede ayudar a sus socios a "salir adelante en conjunto" y hacer frente a una situación que ya conocieron en el pasado los países latinoamericanos.
"Parecía que los países de América Latina eran los que estaban sufriendo la crisis y los países europeos estaban a salvo, hoy vemos con tristeza que España está igual que nosotros", expresó el coordinador del congreso, quien lamentó que "lo primero que se recorta son las aportaciones culturales".
No obstante, señaló que hay motivo para el optimismo, pues "el hecho de que la región en su conjunto entre en este nivel de crisis" permite "tener la fuerza suficiente para encontrar otros mercados".
Por eso, Iberoamérica no solo tiene los ojos puestos en el comercio interno, que "por supuesto hay que desarrollarlo", sino también en otros como el mercado hispano de EE.UU. o el chino, dijo Anaya, quien destacó el potencial que un idioma como el español, el segundo en el mundo, tiene en otras latitudes.
Sin embargo, para lanzarse a la conquista de nuevos horizontes hace falta estrechar lazos y promover la cohesión interna, pues uno de los principales elementos que lastra a la industria editorial es la "falta de políticas públicas claras que permitan la libre circulación de los libros".
Comparado con países de América Latina, México se encuentra en tercer lugar en edición de títulos con 20.686 editados en 2010, después de Brasil (46.670) y Argentina (26.391).
Por otro lado, España registró una producción de 79.839 títulos, mientras que Portugal presentó 17.329 títulos, según datos de la Cámara Nacional de la Industria Editorial mexicana.
Anaya recomendó a los países iberoamericanos establecer políticas de impulso a la exportación y reconocimiento de la importación para promover el conocimiento y la circulación de títulos entre los países.
"Hoy no está sucediendo, hay países que han abierto mucho esta posibilidad de exportar, que es el caso de España, hacia América Latina, pero no sucede lo mismo de México hacia otros países", criticó.
En lo que respecta a la compra de libros, México se encuentra en quinta posición, con un promedio de 2,7 libros al año por habitante. En los primeros lugares están Brasil (5,5), Colombia (4,9), Argentina (3,2) y Perú (3,0). El promedio de libros comprados en España es de 9,6, mientras en Portugal es de 8.
Durante el Congreso, cuyo título es "El libro en Iberoamérica. Una industria cultural en transición", se abordarán otros retos a los que se enfrenta el sector, entre ellos el cambio de los modelos de negocio y la transformación tecnológica que supone el e-book.
Además de oportunidades, la aparición del e-book plantea numerosos desafíos, como los relativos a los derechos de autor, un tema que, a juicio de Anaya, precisa de criterios de desarrollo donde "no se limite la difusión de los libros".
El vicepresidente de la Cámara de la Industria Editorial mexicana, Hugo Setzer, recalcó que el derecho de autor sigue siendo uno de los "pilares fundamentales de esta industria, también en el formato digital".
Tras resaltar el esfuerzo que están haciendo editoriales mexicanas para digitalizar sus contenidos, dijo que "en la medida en la que haya más contenidos disponibles legalmente, habrá un menor incentivo para buscarlos de manera ilegal".
En declaraciones a Efe, coincidió en la necesidad de "fortalecer lazos" entre países y consideró que formar parte de una región con un espacio idiomático amplio ayudará a sortear "estos entornos de crisis".
Asimismo, reivindicó el sector editorial como una industria cultural que contribuye al crecimiento del país y a su producto interior bruto y criticó que la distribución sea uno de los eslabones "más débiles" de la cadena. EFE