Las empresas solares de propiedad china están a punto de dominar el sector de producción de paneles solares de Estados Unidos, en rápido crecimiento, con planes para establecer al menos 20 gigavatios de capacidad de producción anual en el próximo año. Esta expansión podría satisfacer aproximadamente la mitad de la demanda actual del mercado estadounidense, según un exhaustivo análisis de Reuters que incluía declaraciones corporativas, documentos gubernamentales y entrevistas con la industria.
El aumento de la construcción de plantas de fabricación de energía solar por parte de empresas chinas se produce en un momento en que las fábricas de energía solar con sede en Estados Unidos se enfrentan a retos competitivos, a pesar de recibir subvenciones federales. Entre las empresas chinas que están ampliando su presencia destacan Jinko Solar, Trina Solar, JA Solar, Longi, Hounen, Runergy y Boviet.
Esta evolución es significativa a la luz de la agenda climática del Presidente Joe Biden, que pretende impulsar el empleo en energías limpias en Estados Unidos y reducir al mismo tiempo la dependencia de las cadenas de suministro extranjeras, en particular las de su rival geopolítico China.
Las empresas chinas se benefician de cadenas de suministro subvencionadas para materiales como el polisilicio y los módulos solares inacabados, así como de financiación pública a bajo coste. También se aprovechan de las subvenciones estadounidenses para la fabricación de energías limpias, que forman parte de la Ley de Reducción de la Inflación de 2022.
Las autoridades locales y estatales de Texas, Arizona, Ohio y Carolina del Norte han acogido con satisfacción estas inversiones. Sin embargo, empresas estadounidenses como Convalt luchan por competir. Convalt comenzó a construir unas instalaciones en el norte del estado de Nueva York en 2022, con el objetivo de producir 10 GW de capacidad, pero se ha enfrentado a contratiempos debido al desplome de los precios mundiales de los paneles, que cayeron un 50% y rebajaron los costes de producción de la empresa.
El Departamento de Energía reconoce el reto que supone desarrollar una cadena de suministro solar nacional y admite la necesidad de recurrir a expertos extranjeros mientras tanto. Mientras tanto, las empresas chinas se están centrando en la producción de módulos en Estados Unidos, con compañías como Longi y Trina planeando importantes inversiones en Ohio y Texas, respectivamente.
Mientras que los productores chinos son bien recibidos por los promotores de proyectos estadounidenses que buscan suministros de bajo coste, los principales productores estadounidenses, como Hanwha Qcells y First Solar (NASDAQ:FSLR), abogan por nuevos aranceles sobre las importaciones procedentes de países en los que los fabricantes chinos han establecido operaciones para abastecer el mercado estadounidense.
El Comité de Comercio de la Alianza Americana para la Fabricación de Energía Solar, que representa a los fabricantes estadounidenses, busca estos nuevos aranceles para igualar las condiciones frente a las grandes empresas de propiedad china.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.