En una reciente reunión celebrada en el sur de Italia, los Ministros de Comercio del G7, grupo formado por siete grandes democracias, han declarado una postura más firme en la lucha contra las prácticas comerciales desleales. Los ministros se mostraron dispuestos a emplear sus "herramientas comerciales" para hacer frente a las distorsiones del mercado. Esta postura supone un cambio con respecto a declaraciones anteriores que hacían hincapié en desalentar el proteccionismo sin un compromiso firme de actuar.
El endurecimiento del enfoque del G7 se produce tras la decisión de la Unión Europea de imponer aranceles a los vehículos eléctricos fabricados en China a principios de este mes. El objetivo de los aranceles de la UE es proteger a su industria automovilística de los vehículos eléctricos chinos subvencionados que, según se cree, se venden a precios injustamente bajos dentro del bloque.
La declaración del G7, de seis páginas, no nombraba específicamente a China, pero dejaba clara la intención del grupo de "abordar las políticas y prácticas no comerciales" y "desafiar y contrarrestar estas prácticas" utilizando las herramientas comerciales existentes o desarrollando otras nuevas. Los ministros también destacaron la importancia de promover reglas y normas internacionales más sólidas para apoyar el comercio justo.
El endurecimiento del lenguaje del G7 contrasta con el comunicado final de la reunión ministerial celebrada el año pasado en Japón, que se centraba más en la disuasión general del proteccionismo y menos en la utilización de herramientas comerciales.
Mientras que la UE ha tomado medidas concretas para hacer frente a lo que considera competencia desleal de los vehículos eléctricos chinos, Gran Bretaña, el único miembro del G7 no perteneciente a la UE, no ha manifestado su voluntad de aplicar aranceles similares. El martes, Gran Bretaña mencionó que su industria automovilística no había expresado su preocupación por las prácticas desleales de sus competidores.
Los ministros del G7 también debatieron la necesidad de resiliencia económica, señalando la importancia de diversificar y reducir las dependencias en las cadenas de suministro críticas, un probable guiño a las preocupaciones sobre el influyente papel de China en los mercados mundiales.
La declaración reconocía que las políticas ajenas al mercado no sólo podrían alterar el orden económico internacional, sino también exacerbar las dependencias estratégicas, afectando potencialmente al desarrollo sostenible de los países emergentes y en desarrollo.
El G7 incluye a Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos, y la Unión Europea también participa en las reuniones.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.