Los trabajadores de la fábrica de Boeing (NYSE:BA) protagonizan hoy una importante concentración en Seattle para reclamar mejores condiciones salariales. Este movimiento intensifica la presión sobre Kelly Ortberg, recién nombrado Consejero Delegado de Boeing, para que resuelva una huelga que ha perjudicado la estabilidad financiera del gigante aeroespacial.
La huelga, que comenzó el 13 de septiembre, afecta a unos 33.000 trabajadores sindicados, principalmente en el estado de Washington. Reclaman un aumento salarial del 40% en los próximos cuatro años. El conflicto laboral ha paralizado la producción de los aviones más vendidos de Boeing, como el 737 MAX y los 767 y 777 de fuselaje ancho.
La Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales (IAM) y la dirección de Boeing están enzarzadas en un pulso, acusándose mutuamente de prácticas laborales desleales durante el proceso de negociación.
Boeing retiró la semana pasada su anterior propuesta, que planteaba un aumento salarial del 30% en cuatro años, después de que las conversaciones con los mediadores federales no llegaran a un acuerdo.
En un intento de mediar en el conflicto, la Secretaria de Trabajo en funciones de EE.UU., Julie Su, se reunió el lunes en Seattle con representantes de Boeing y de la IAM. El IAM también ha anunciado que está previsto que la senadora Maria Cantwell y la congresista Pramila Jayapal se dirijan a los trabajadores en la concentración de las 12.00 horas PT.
En un comunicado, la IAM ha subrayado la importancia de la concentración, declarándola una poderosa demostración de la determinación de los trabajadores contra la empresa.
Durante la huelga, los miembros de IAM han mantenido líneas de piquete más pequeñas en varios emplazamientos de Boeing. En medio de la huelga, Boeing anunció su plan de recortar 17.000 puestos de trabajo para conservar sus recursos financieros y evitar que se rebaje su calificación crediticia. Los empleados afectados por estos despidos recibirán notificaciones de 60 días a partir de mediados de noviembre.
Boeing se ha enfrentado a un intenso escrutinio por parte de inversores y reguladores desde el incidente ocurrido en enero, cuando un panel de la puerta se desprendió de un avión 737 MAX casi nuevo en pleno vuelo. Desde ese suceso, el valor de las acciones de Boeing se ha desplomado un 40%, la Administración Federal de Aviación ha restringido sus niveles de producción del 737 MAX y la empresa ha visto cambiar a su consejero delegado, todo ello antes de la actual huelga laboral.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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