Por Lisa Rapaport
(Reuters Health) - Los niños que tocan un instrumento con regularidad tienen mejor atención y memoria de trabajo que los que no lo hacen, de acuerdo con imágenes por resonancia magnética funcional (MRIf).
Los autores analizaron datos de 20 niños con por lo menos dos años de clases de música, prácticas semanales y participación en una orquesta y de 20 niños sin formación musical. Les evaluaron la atención y la memoria de trabajo bimodal con MRIf.
Aunque no hubo una diferencia significativa entre los grupos en el tiempo de reacción, los niños con entrenamiento musical tenían un mejor rendimiento en las pruebas de memoria de trabajo.
El coautor Leonie Kausel, de la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad del Desarrollo, Santiago, Chile, explicó que "hay que prestar atención a múltiples modos sensoriales, como, por ejemplo, mirar los dedos o el pentagrama, escuchar lo que se está ejecutando y adaptarlo a lo que se oye, y, también, a los movimientos motrices y hacerlo constantemente y todo el tiempo".
Además, cuando los músicos tocan en grupo, necesitan prestar atención a otros músicos y el director, según dijo Kausel. "Como la atención y la memoria de trabajo comparten ciertos correlatos neuronales, una mayor atención también influye en la memoria de trabajo", dijo Kausel.
El equipo les pidió a los participantes que se concentraran en uno, dos o ninguno de dos estímulos de un par: una figura abstracta y una melodía breve reproducidas simultáneamente durante cuatro segundos. Luego, a los dos segundos, el equipo les pidió que las recordaran con un ejercicio de reconocimiento por sí/no; además, determinaron la precisión de las respuestas y el tiempo de reacción.
El equipo también pudo observar que la experiencia musical facilitaría la codificación de los estímulos auditivos al confiar en el giro frontal inferior izquierdo y el giro supramarginal izquierdo.
Los autores no pudieron determinar si los participantes tenían diferencias en la atención o la memoria de trabajo antes del entrenamiento musical, según publica el equipo en Frontiers in Neuroscience.
FUENTE: Frontiers in Neuroscience, online 8 de octubre del 2020