La noche para mis ojos se ha acabado, las tinieblas de mi inteligencia se han transformado en luz transparente, ella es hija de corazón, de espíritu, de edad, la pasión ardiente, la esperanza, la ilusión y el amor sobre todo me enfurecen como un formidable huracán en medio del desierto. — Nahui Olin
Nahui Olin, nacida Carmen Mondragón en 1893, es una figura enigmática y multifacética de los años veinte en México. Tras su muerte en 1978, su legado quedó en el olvido durante más de medio siglo. Sin embargo, en vida, Nahui Olin fue contemporánea de grandes figuras del arte mexicano e internacional, tales como Diego Rivera, Frida Kahlo, Pablo Picasso, Henri Matisse, entre otros. Su vida y obra nos ofrecen una ventana a una época de efervescencia artística y de profundas transformaciones sociales y culturales.
Fue una mujer que vivió intensamente, desafiando las convenciones sociales y explorando su identidad y su cuerpo con una libertad poco común para su época. Su poesía, como el fragmento citado al inicio, revela una pasión desbordante y una profunda búsqueda de significado. A través de su arte y su vida, encarnó el espíritu del erotismo tal como lo describe Georges Bataille.
Según Bataille, el erotismo se divide en tres categorías: el erotismo del cuerpo, del corazón y de lo sagrado. Nahui Olin ejemplifica estas tres dimensiones en su vida y obra. Su erotismo del cuerpo se manifiesta en su abierta y audaz exploración de su sexualidad, desafiando las normas de su tiempo. El erotismo del corazón es evidente en sus escritos, donde la pasión y el amor se expresan con una intensidad y honestidad conmovedoras. Finalmente, el erotismo de lo sagrado se refleja en su búsqueda de trascendencia, donde el cuerpo, el corazón y el alma se entrelazan en una danza mística hacia un plano superior.
Mientras muchos de sus contemporáneos lidiaban con las secuelas de la Revolución Mexicana y buscaban construir una nueva nación, Nahui Olin se volcaba hacia su interior, explorando su ser con una libertad y una autenticidad que la distinguían. Su rebeldía no era solo una reacción contra las restricciones externas, sino una profunda necesidad de entender y expresar su propia realidad.
Ella se sumergió en su cuerpo y su espíritu, buscando respuestas a la incertidumbre que la rodeaba. Su vida fue un testimonio de la importancia de la libertad personal y de la necesidad de cada individuo de explorar y entender su propio ser.
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