por Eduardo García
(Retransmisión de historia publicada el lunes 19 de octubre)
Infosel, octubre. 19.- Tras desmenuzar las acusaciones iniciales que el Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló contra el general Salvador Cienfuegos, exsecretario de Defensa Nacional mexicano, por sus supuestos vínculos con un cártel del narcotráfico, algunos especialistas dejaron entrever que la narrativa, sin descartarla por completo, parece no tener mucho sentido.
Para empezar, el hecho que el general Cienfuegos --quien fue detenido el jueves pasado al llegar con su familia al aeropuerto internacional de Los Ángeles, en el estado de California-- haya ofrecido protección a una organización criminal menor, despierta ciertas dudas en torno a las acusaciones estadounidenses.
"Es un tanto enigmático que un secretario de Defensa decidiera coludirse con una organización de segundo nivel", escribió, por ejemplo, Eduardo Guerrero, especialistas en temas de seguridad y socio de Lantia Consultores, en su columna publicada en el diario El Financiero.
Las dudas de Guerrero se sustentan en que el grupo criminal con el que supuestamente se asoció Cienfuegos, entre 2015 y 2017, no es uno de los de mayor capacidad económica y poderío balístico en el país.
Incluso la banda criminal, llamada en algunos círculos como Los Mazatlecos, era poco conocida y su líder, Juan Francisco Patrón Sánchez, alias "H2", no era de los narcotraficantes más renombrados en el país al haber creado su organización bajo la sombra de los hermanos Alfredo, Arturo y Héctor Beltrán Leyva, ellos sí algunos de los narcotraficantes más buscados anteriormente en México y hoy ya detenidos o incluso muertos.
Patrón Sánchez también fue ya abatido. En su caso, en un operativo en febrero de 2017 cuando Cienfuegos era precisamente secretario de Defensa.
Así, que para algunos, el que la persona al mando de las fuerzas armadas del país decidiese aceptar los sobornos de un grupo criminal menor no termina por cuadrar --más cuando el general Cienfuegos, como miembro del gabinete de Peña Nieto, pudo haber ganado de forma directa e indirecta importantes sumas de dinero al controlar un amplió presupuesto asignado a Sedena, como también se conoce la dependencia que él encabezaba.
La historia que narran las autoridades "significaría que un militar de altísimo rango, en el ápice de una larga y exitosa carrera, a menos de tres años del retiro y sin penurias en el horizonte (su pensión podría fácilmente complementarse con contratos y asesorías en el sector privado), habría decidido recibir sobornos de un narco de tercera", escribió Alejandro Hope, un especialista en temas de seguridad, en su columna publicada en el diario El Universal. "Para rematar, la comunicación entre el general y el delincuente habría sido directa, por un medio electrónico no encriptado. De ser cierto, resultaría sorprendente, como mínimo".
La protección que supuestamente dio Cienfuegos, de 72 años de edad, a la banda criminal, permitió a "H2" trasladar importantes cantidades de cocaína y otros estupefacientes a Estados Unidos, además de que aparentemente también la alertó de investigaciones que llevaban las autoridades estadounidenses contra sus líderes.
Sin embargo, para algunos observadores esta historia no parece convencerlos. El columnista Salvador Camarena incluso hizo una parodia de las acusaciones contra el general retirado en su columna del día de hoy publicada en El Financiero.
En ella, Camarena rechazó, como si fuera un ejecutivo de una productora de series de televisión, los argumentos que presentó el Departamento de Justicia estadounidense a nombre de Drug Enforcement Administration (DEA), la agencia que lucha contra el tráfico de drogas en Estados Unidos, contra Cienfuegos.
"Asunto: rechazo de guion por serias inconsistencias", escribió Camarena. "Queridas y queridos guionistas de DEA: Revisamos con atención su propuesta de historia para una nueva temporada de [la serie] Narcos. Por desgracia, el proyecto que presentan no se sostiene, es un relato que ni en México (que consume sin hartarse culebrones. . .) va a ser vendible".
Para Camarena resulta inverosímil que un secretario de la Defensa haya aceptado sobornos de un narcotraficante emergente cuando no tenía ningún incentivo para hacerlo --al menos no desde el punto de vista financiero.
"¿Saben cuántos millones de dólares podría ganar un general secretario por hacerse de la vista gorda? ¿Con acordar --a la antigüita-- paso franco a mercancías de los grandes cárteles?", escribió el editorialista. "Además, ese dinero tendría que ser mucho mayor que las tajadas de moche que con sólo rasurar el presupuesto de Sedena (81 mil millones de pesos en 2108) pudo obtener el general secretario sin comprometer su vida en un negocio de sangre o su libertad en una cárcel gringa. ¿Qué no se acuerdan lo que nos contaron sobre un gobernador mexicano que, ufano, decía que de loco se metía con el narco cuando podía meter las manos a las arcas?"
Incluso, las cantidades preliminares de tráfico de drogas que las autoridades estadounidenses atribuyeron a Cienfuegos resultaron para algunos irrisorias.
Las cifras que "le acusan de traficar ("un kilo o más", "500 gramos o más"...) resultan ridículas en vista de su jerarquía", dijo Héctor de Mauleón, escritor de asuntos de seguridad pública, en su columna en El Universal, en la que reveló cuestionamientos similares a los de otros especialistas. "¿Qué pudo ofrecerle el H2 para convencerlo de que valía la pena coludirse con él? ¿El secretario de la Defensa ignoraba que las comunicaciones pueden ser interceptadas y cambió mensajes alegremente con un jefe de la delincuencia organizada? ¿A cambio de qué decidió correr ese riesgo?".
Claro que los observadores al presentar sus dudas de la narrativa oficial estadounidense, no dejaron de señalar que algo pudo ocurrir y que, de verificarse, quedaría en claro que la capacidad corruptora de las bandas criminales en México es incluso mucho mayor hasta lo ahora contemplado.
"Si se confirman las acusaciones, entonces no hace falta ser un cártel con presencia nacional para corromper a los más altos funcionarios del gobierno federal", escribió Guerreo.
(Retransmisión de historia publicada el lunes 19 de octubre)
Infosel, octubre. 19.- Tras desmenuzar las acusaciones iniciales que el Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló contra el general Salvador Cienfuegos, exsecretario de Defensa Nacional mexicano, por sus supuestos vínculos con un cártel del narcotráfico, algunos especialistas dejaron entrever que la narrativa, sin descartarla por completo, parece no tener mucho sentido.
Para empezar, el hecho que el general Cienfuegos --quien fue detenido el jueves pasado al llegar con su familia al aeropuerto internacional de Los Ángeles, en el estado de California-- haya ofrecido protección a una organización criminal menor, despierta ciertas dudas en torno a las acusaciones estadounidenses.
"Es un tanto enigmático que un secretario de Defensa decidiera coludirse con una organización de segundo nivel", escribió, por ejemplo, Eduardo Guerrero, especialistas en temas de seguridad y socio de Lantia Consultores, en su columna publicada en el diario El Financiero.
Las dudas de Guerrero se sustentan en que el grupo criminal con el que supuestamente se asoció Cienfuegos, entre 2015 y 2017, no es uno de los de mayor capacidad económica y poderío balístico en el país.
Incluso la banda criminal, llamada en algunos círculos como Los Mazatlecos, era poco conocida y su líder, Juan Francisco Patrón Sánchez, alias "H2", no era de los narcotraficantes más renombrados en el país al haber creado su organización bajo la sombra de los hermanos Alfredo, Arturo y Héctor Beltrán Leyva, ellos sí algunos de los narcotraficantes más buscados anteriormente en México y hoy ya detenidos o incluso muertos.
Patrón Sánchez también fue ya abatido. En su caso, en un operativo en febrero de 2017 cuando Cienfuegos era precisamente secretario de Defensa.
Así, que para algunos, el que la persona al mando de las fuerzas armadas del país decidiese aceptar los sobornos de un grupo criminal menor no termina por cuadrar --más cuando el general Cienfuegos, como miembro del gabinete de Peña Nieto, pudo haber ganado de forma directa e indirecta importantes sumas de dinero al controlar un amplió presupuesto asignado a Sedena, como también se conoce la dependencia que él encabezaba.
La historia que narran las autoridades "significaría que un militar de altísimo rango, en el ápice de una larga y exitosa carrera, a menos de tres años del retiro y sin penurias en el horizonte (su pensión podría fácilmente complementarse con contratos y asesorías en el sector privado), habría decidido recibir sobornos de un narco de tercera", escribió Alejandro Hope, un especialista en temas de seguridad, en su columna publicada en el diario El Universal. "Para rematar, la comunicación entre el general y el delincuente habría sido directa, por un medio electrónico no encriptado. De ser cierto, resultaría sorprendente, como mínimo".
La protección que supuestamente dio Cienfuegos, de 72 años de edad, a la banda criminal, permitió a "H2" trasladar importantes cantidades de cocaína y otros estupefacientes a Estados Unidos, además de que aparentemente también la alertó de investigaciones que llevaban las autoridades estadounidenses contra sus líderes.
Sin embargo, para algunos observadores esta historia no parece convencerlos. El columnista Salvador Camarena incluso hizo una parodia de las acusaciones contra el general retirado en su columna del día de hoy publicada en El Financiero.
En ella, Camarena rechazó, como si fuera un ejecutivo de una productora de series de televisión, los argumentos que presentó el Departamento de Justicia estadounidense a nombre de Drug Enforcement Administration (DEA), la agencia que lucha contra el tráfico de drogas en Estados Unidos, contra Cienfuegos.
"Asunto: rechazo de guion por serias inconsistencias", escribió Camarena. "Queridas y queridos guionistas de DEA: Revisamos con atención su propuesta de historia para una nueva temporada de [la serie] Narcos. Por desgracia, el proyecto que presentan no se sostiene, es un relato que ni en México (que consume sin hartarse culebrones. . .) va a ser vendible".
Para Camarena resulta inverosímil que un secretario de la Defensa haya aceptado sobornos de un narcotraficante emergente cuando no tenía ningún incentivo para hacerlo --al menos no desde el punto de vista financiero.
"¿Saben cuántos millones de dólares podría ganar un general secretario por hacerse de la vista gorda? ¿Con acordar --a la antigüita-- paso franco a mercancías de los grandes cárteles?", escribió el editorialista. "Además, ese dinero tendría que ser mucho mayor que las tajadas de moche que con sólo rasurar el presupuesto de Sedena (81 mil millones de pesos en 2108) pudo obtener el general secretario sin comprometer su vida en un negocio de sangre o su libertad en una cárcel gringa. ¿Qué no se acuerdan lo que nos contaron sobre un gobernador mexicano que, ufano, decía que de loco se metía con el narco cuando podía meter las manos a las arcas?"
Incluso, las cantidades preliminares de tráfico de drogas que las autoridades estadounidenses atribuyeron a Cienfuegos resultaron para algunos irrisorias.
Las cifras que "le acusan de traficar ("un kilo o más", "500 gramos o más"...) resultan ridículas en vista de su jerarquía", dijo Héctor de Mauleón, escritor de asuntos de seguridad pública, en su columna en El Universal, en la que reveló cuestionamientos similares a los de otros especialistas. "¿Qué pudo ofrecerle el H2 para convencerlo de que valía la pena coludirse con él? ¿El secretario de la Defensa ignoraba que las comunicaciones pueden ser interceptadas y cambió mensajes alegremente con un jefe de la delincuencia organizada? ¿A cambio de qué decidió correr ese riesgo?".
Claro que los observadores al presentar sus dudas de la narrativa oficial estadounidense, no dejaron de señalar que algo pudo ocurrir y que, de verificarse, quedaría en claro que la capacidad corruptora de las bandas criminales en México es incluso mucho mayor hasta lo ahora contemplado.
"Si se confirman las acusaciones, entonces no hace falta ser un cártel con presencia nacional para corromper a los más altos funcionarios del gobierno federal", escribió Guerreo.